El proyecto europeo AIDE propone una conducción mejor y más segura
El último adelanto en la tecnología de automoción será del agrado de los conductores que disfrutan con las innovaciones. El proyecto comunitario AIDE («Interfaz vehículo-conductor adaptativa integrada»), financiado con 7,3 millones de euros, ha diseñado un ordenador de abordo especial que funciona como conducto de conexión único para dispositivos que ya se encuentran el mercado como las PDA y los GPS. Los socios del proyecto afirman que este ordenador conseguirá que la conducción sea más segura y placentera. La nueva interfaz del salpicadero es fruto del trabajo de investigadores y expertos de la industria de la automoción. Su cooperación ha deparado un ordenador que permite conectar y manejar los sistemas de información y control del vehículo que, cada vez en mayor medida, se introducen en nuestra vida cotidiana. Científicos europeos, comprometidos con el aumento de la seguridad en la industria automovilística y el progreso de la tecnología de vehículos inteligentes, han procurado unir los distintos sistemas existentes con los controles y dispositivos que ya se encuentran en los automóviles. Hasta ahora había grandes reservas con respecto a la respuesta de los conductores ante dichas tecnologías, como la dependencia excesiva de dichos sistemas, la compensación de la distancia de seguridad y las distracciones. «Existe un riesgo real de que el conductor se abrume ante la multiplicación de sistemas a bordo», según informa ICT Results que declaró el Dr. Angelos Amditis, coordinador de divulgación de AIDE. «Estos nuevos sistemas pueden requerir tanta atención del conductor que podrían llegar a distraerle.» AIDE se creó para poder olvidarnos de este tipo de preocupaciones. Citando a los socios, ICT Results informó que la interfaz vehículo-conductor adaptativa integrada sirve como central de información que engloba todos los sistemas instalados en un coche y su interacción con el conductor. Este sistema tiene la capacidad de restar prioridad a avisos menores y resaltar alertas urgentes, siempre en relación a las condiciones de conducción. Por ejemplo, si un conductor se acerca a un cruce complicado, se interrumpirá la actividad del teléfono móvil. El equipo de investigación afirmó que la interfaz puede configurarse a medida de los conductores. «Es posible personalizar los avisos, los medios, los tiempos y su intensidad de acuerdo con las características del conductor, tanto las preferencias explicitas como las implícitas», según informó la fuente. Los socios llevaron a cabo pruebas prácticas en las que el 50% de los sujetos sometidos a ellas quedaron satisfechos con el sistema. «Hemos consultado a conductores y expertos y mucha bibliografía sobre la respuesta del conductor a los sistemas de seguridad sirviéndonos de un enfoque de diseño centrado en el usuario», explicó el Dr. Amditis. El equipo expresó su sorpresa ante los resultados, sobre todo porque a la mayoría de los conductores le resultan incómodos incluso los sistemas de seguridad más simples, como por ejemplo los cinturones de seguridad. Los socios del proyecto también recurrieron a simulaciones y modelos cuantitativos. Aunque todavía no existe un modelo cuantitativo perfecto, AIDE desarrolló un manual sobre pruebas de interfaces hombre-máquina (HMI) centrado en la industria automovilística. «El proyecto también concienció a los europeos sobre la importancia de las interfaces en lo referente a la seguridad en carretera y ha situado las HMI de a bordo en la agenda política europea», comentó el Dr. Amditis. «Muchos de nuestros socios continuarán el trabajo realizado en AIDE, a través de la adaptación de elementos a sus propios coches o camiones, y además varios fabricantes de equipamiento pretenden introducir sistemas como los de AIDE en sus vehículos», añadió. «Puede que con el tiempo se proponga algún tipo de normativa pero, a corto plazo, los fabricantes implantarán sus propios sistemas.»