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«La energía nuclear volverá a cobrar relevancia», predice el Director del JRC

«La energía nuclear volverá a cobrar relevancia y asumirá su papel en la mezcla energética de los principales países industrializados», afirmó Roland Schenkel, Director General del Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea. El Dr. Schenkel habló con CORDIS Not...

«La energía nuclear volverá a cobrar relevancia y asumirá su papel en la mezcla energética de los principales países industrializados», afirmó Roland Schenkel, Director General del Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea. El Dr. Schenkel habló con CORDIS Noticias antes de la celebración de una sesión sobre la energía nuclear organizada por el JRC dentro del Congreso Anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), que tuvo lugar en Chicago (Estados Unidos). El JRC escogió la energía nuclear como tema para una de las sesiones que organizaba en este prestigioso congreso porque, en palabras del Dr. Schenkel, «el debate en torno a la energía nuclear no deja de avivarse, y no sólo en la Unión Europea, sino en todo el mundo». Los gobiernos de toda Europa bien están empezando a construir nuevas centrales nucleares, bien empiezan a debatirlo. Así, por ejemplo, a principios de febrero los dirigentes de Suecia anunciaron su intención de invalidar la prohibición que existe en este país desde hace treinta años relativa a la construcción de nuevas centrales nucleares. Pero pese a los muchos defensores de la energía nuclear que se encuentran tanto en los gobiernos como en la industria, en la opinión pública sigue habiendo grandes sectores de escépticos. Según una encuesta del Eurobarómetro de 2008, el 45% de los europeos estaba en contra de la energía nuclear, el 44% estaba a favor y el 11% no tenía una opinión formada al respecto. Por su parte, el Dr. Schenkel niega que estén justificados algunos de los temores que suscita la energía nuclear, concretamente los relacionados con la seguridad de los reactores y la eliminación de los residuos nucleares. Según explicó, los reactores que están en construcción actualmente, los llamados de III Generación, reúnen toda la pericia de Francia y Alemania en el diseño y el manejo de reactores nucleares. Además, presentan otras características cruciales de seguridad: incluso en el supuesto de un accidente de gran envergadura, la radiactividad quedaría recluida dentro del reactor, lo que impediría la contaminación del medio ambiente externo. «La tecnología no deja de evolucionar gracias a la experiencia acumulada y el progreso técnico, de manera que los nuevos reactores serán mil veces más seguros en el caso de producirse un accidente grave. Creo que este mensaje no se está divulgando lo suficiente», resaltó el Dr. Schenkel. Ya se están construyendo reactores de III Generación en Bulgaria, Finlandia, Francia, Rumanía y Eslovaquia, y también se están planeando otros proyectos en otros países. Estos nuevos reactores, cuya vida útil estimada es de sesenta años, estarán en funcionamiento hasta bien entrada la segunda mitad de este siglo. Entretanto, ya se está trabajando para desarrollar los reactores de IV Generación, si bien es improbable que entren en servicio las primeras centrales de esta clase antes de mediados del presente siglo. Estos reactores presentan dos ventajas fundamentales. En primer lugar, es mucho mayor su eficiencia en el uso del uranio que emplean como combustible. En segundo lugar, hay ciertos elementos que conservan su radiactividad durante largo tiempo, como el plutonio, que se pueden extraer de los residuos y volver a añadir a la mezcla de combustible. Dentro del reactor estos componentes se dividen en productos que se deberán mantener al margen del medio ambiente durante un plazo mucho más corto. Así se reducirá drásticamente el volumen de residuos radiactivos generados por los reactores de IV Generación. Uno de los impedimentos para lograr una mayor aceptación popular de la energía nuclear es la cuestión de dónde van a parar los residuos. En la misma encuesta mencionada anteriormente, el 62% de los ciudadanos de la UE afirmó que respaldaría la energía nuclear si se aplicaran soluciones para la eliminación de los residuos. De hecho, ya se cuenta con soluciones para tratar los residuos de actividad media y baja, al tiempo que se están perfeccionando las soluciones para manejar los residuos más activos. El Dr. Schenkel explicó que en la actualidad los residuos radiactivos se almacenan en recipientes de grueso metal que, a su vez, se entierran en arcilla a gran profundidad y de forma hermética. Aunque el agua llegara a atravesar la arcilla, harían falta cientos de miles de años para que traspasara también los contenedores metálicos y otros miles de años más para llegar a corroer el uranio. E incluso suponiendo que todo ello sucediera, después estos materiales tendrían que ascender cientos de metros para llegar hasta la biosfera, otro proceso también muy lento. «Así lo indican los modelos elaborados por los científicos especializados en este campo», señaló el Dr. Schenkel. «Aseguran que este sistema brinda una seguridad adecuada en un horizonte de tiempo muy largo, y por esa razón todos los implicados en la ciencia afirman que se trata de un método del todo seguro.» Otra cuestión preocupante para muchas personas es la proliferación nuclear. El Dr. Schenkel declaró al respecto que en la práctica sería extremadamente difícil utilizar las instalaciones de producción de energía nuclear para desarrollar programas de fabricación de armas nucleares. Asimismo, el JRC y otros organismos crean continuamente nuevos medios y técnicas para detectar actividades clandestinas. Gracias a esta labor, tales actividades se suelen captar con gran rapidez. Entre otros logros, el JRC ha creado modelos para simular la velocidad a la que los distintos países podrían enriquecer uranio y también ha mejorado su servicio de minería web. «En este momento estamos desarrollando una nueva tecnología para la detección del tráfico ilícito en las fronteras», añadió el Dr. Schenkel. Este sistema permitirá al personal de los puestos de control fronterizos comprobar si los camiones transportan materiales nucleares. Por otra parte, el Dr. Schenkel quisiera que se reforzara la función de vigilancia que desempeña la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica). Asimismo, concluyó el Director General del JRC, «todos los países deberían firmar el Protocolo Adicional [que concede al OIEA mayor acceso a información e instalaciones] para que haya una transparencia genuina y absoluta, mientras que los organismos internacionales tienen que unir fuerzas para aplicar las sanciones que corresponda».

Países

Estados Unidos

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