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El JRC sigue las tendencias en el diagnóstico genético preimplantacional

Cada vez son más los padres que recurren al diagnóstico genético preimplantacional (DGP) para no transmitir enfermedades genéticas a sus hijos. El Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea dirigió un taller sobre este tema a menudo polémico en el marco del Con...

Cada vez son más los padres que recurren al diagnóstico genético preimplantacional (DGP) para no transmitir enfermedades genéticas a sus hijos. El Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea dirigió un taller sobre este tema a menudo polémico en el marco del Congreso Anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, que se celebró en Chicago (Estados Unidos). Uno de los oradores en esta sesión fue Dolores Ibarreta, del JRC, quien lleva varios años siguiendo las tendencias en el DGP en Europa. La Dra. Ibarreta conversó con CORDIS Noticias acerca de su labor antes de partir hacia los Estados Unidos. El DGP requiere la realización de ciertas pruebas genéticas con embriones para averiguar cuáles de estos son portadores de una versión sana del gen causante de la enfermedad de la que se trate. Seguidamente estos embriones se implantan en el útero de la madre. Por ejemplo, recientemente una familia en la que había antecedentes de cáncer de mama solicitó este diagnóstico en relación con el gen BRCA1. Si una mujer tiene este gen defectuoso, tiene un riesgo mucho más elevado de desarrollar cáncer de mama. Gracias al DGP, la hija que dio a luz no ha heredado este defecto y, por consiguiente, tiene menos probabilidades de sufrir cáncer de mama que sus parientes de sexo femenino. Hace un par de años el JRC publicó un informe sobre el DGP en Europa que revelaba que en el continente había alrededor de cincuenta centros que ofrecían este tipo de diagnóstico para detectar una larga serie de males. Estos centros atendían a muchos pacientes procedentes de otros países, bien porque este servicio resultaba más económico que en otros lugares, bien porque en su país la legislación prohibía el DGP. El informe también reveló los preocupantes datos de que no se hacía un seguimiento adecuado de las parejas que se habían sometido al diagnóstico y que se carecía de métodos de control de la calidad. ¿Ha cambiado algo desde la publicación de dicho informe? «Cuando redactamos el informe aún no estaba vigente la directiva comunitaria que regula el DGP, por lo que es previsible que algunos de los problemas detectados se solucionen próximamente», señaló la Dra. Ibarreta a CORDIS Noticias. Por ejemplo, actualmente es obligatorio que estos centros reciban la acreditación correspondiente. Asimismo, se está trabajando para elaborar un sistema de control de calidad específico para el DGP, añadió. Además, en los últimos años se ha incrementado el número de pruebas diagnósticas que se ofrecen, sobre todo para enfermedades que comienzan a una edad adulta, como la enfermedad de Huntington, y también para genes que lleven aparejado un mayor riesgo de sufrir cáncer, explicó la Dra. Ibarreta, una tendencia que, en su opinión, irá al alza. Hay cierta inquietud ante la posibilidad de que el DGP conduzca a la producción masiva de «niños de diseño», pero la Dra. Ibarreta lo considera improbable. «Quienes recurren al DGP quieren prevenir enfermedades en sus hijos», explicó, y recordó que, en cualquier caso, estos procedimientos están sometidos a una férrea normativa en toda Europa. «Los ciudadanos están dispuestos a aceptar el DGP como medio para prevenir enfermedades; no creo que su uso vaya más allá. Para hacer un DGP hay que efectuar una fertilización in vitro. Se trata de una técnica difícil que exige administrar hormonas a la madre. Dudo que nadie recurra al DGP a menos que sepa que en su familia hay antecedentes de una enfermedad.» También se ha expresado inquietud ante la posibilidad de que el DGP afecte a la influencia positiva que tienen ciertas anomalías genéticas en nuestra salud, pero de nuevo estos miedos son infundados. Por ejemplo, los individuos que poseen una copia del gen de la fibrosis quística también tienen más resistencia al cólera y otras enfermedades intestinales, mientras que los portadores del gen de la enfermedad de Tay Sachs están más protegidos contra la tuberculosis. Por último, la Dra. Ibarreta opina que se precisa más investigación para estar al corriente de la rápida expansión de los servicios de DGP y para evaluar la evolución de la salud de los niños que nacen tras practicar un DGP.

Países

Estados Unidos

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