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Descubren un temible depredador prehistórico

Científicos financiados con fondos comunitarios han resuelto un rompecabezas prehistórico al revelar la existencia de un feroz depredador marino que vivió hace 5 000 millones de años. La nueva especie, Hurdia victoria, moró las profundidades marinas durante el Cámbrico, un per...

Científicos financiados con fondos comunitarios han resuelto un rompecabezas prehistórico al revelar la existencia de un feroz depredador marino que vivió hace 5 000 millones de años. La nueva especie, Hurdia victoria, moró las profundidades marinas durante el Cámbrico, un periodo en el que la flora y la fauna sufrieron un rápido proceso de diversificación y del que proceden los fósiles de los primeros ancestros de las especies actuales. El Hurdia está relacionado con los antepasados de los artrópodos y su descubrimiento esclarece la evolución de este ingente grupo de animales que supone más de tres cuartos de todas las especies conocidas y que incluye insectos, crustáceos, arácnidos y diplópodos. El estudio, publicado en la revista Science, recibió apoyo de la red de formación mediante la investigación Marie Curie ZOONET («Desarrollo y evolución animal: formación de zoólogos comparativos modernos») perteneciente al Sexto Programa Marco (6PM) de la UE. El famoso paleontólogo dedicado a la búsqueda de fósiles Charles Walcott describió el Hurdia por primera vez como un tipo de animal crustáceo hace casi cien años, en 1912, y desenterró fragmentos del animal en Burgess Shale en las Rocosas canadienses, una cuenca fosilífera que ha aportado mucha información sobre la flora y fauna del periodo Cámbrico. Por otro lado, otras colecciones de fósiles contaban con fragmentos del Hurdia, pero éstos estaban descritos erróneamente como animales distintos y su clasificación se repartía entre medusas, holoturias y otros artrópodos. En la década de los ochenta, los investigadores comenzaron a percatarse de que estos especímenes en apariencia dispares pertenecían a un mismo animal. Posteriormente, el descubrimiento de muestras nuevas y más completas de Hurdia durante los noventa reforzó el argumento de que había que revisar la descripción oficial del Hurdia. La última pieza del rompecabezas encajó cuando un grupo de paleontólogos descubrió un espécimen de Hurdia bien conservado en la colección del Museo Smithsonian de Historia Natural (Estados Unidos). Este espécimen se había clasificado como una muestra poco común de un conocido depredador denominado Anomalocaris. El Anomalocaris y otras especies emparentadas con él fueron los mayores depredadores de los mares en el Cámbrico y su tamaño relativamente grande y sus mandíbulas dentadas les hicieron ganarse el apodo de «T. rex del Cámbrico». Este último estudio aporta una descripción actualizada del Hurdia, el cual está emparentado con el Anomalocaris. Al igual que éste, el Hurdia tiene un cuerpo segmentado, su cabeza está armada con dos pinzas en forma de pua y tiene una estructura mandibular circular en la que se alojan múltiples dientes. Las muestras de Hurdia alcanzan los veinte centímetros de longitud. Los especímenes de Hurdia se han llegado a descubrir en lugares tan alejados entre sí como Canadá, Estados Unidos, Europa Oriental y posiblemente China. De acuerdo con los investigadores, esto sugiere que el depredador era lo que se conoce como una especie oportunista, lo que significa que era capaz de adaptarse a diversas condiciones ambientales. El Hurdia difiere del Anomalocaris en un punto importante: la mitad de la longitud total de su cuerpo está cubierta por un gran caparazón en tres piezas que sobresale de la frente del animal. La función de esta inusual estructura provoca desconcierto en los científicos. «Esta estructura es completamente distinta a la observada en cualquier otro artrópodo fósil o vivo», comentó Allison Daley de la Universidad de Uppsala (Suecia). «La utilidad del gran caparazón que surge de su frente es un misterio. Muchos animales emplean una concha o un caparazón para proteger las partes blandas del cuerpo, tal y como se observa en cangrejos y langostas, pero esta estructura del Hurdia no cubre ni protege el resto del cuerpo. Tan sólo podemos conjeturar cuál puede haber sido su función.» A pesar de que el estudio ha contribuido a conocer mejor la especie, parece que todavía hay mucho camino por recorrer hasta esclarecer todos los aspectos que rodean al Hurdia.

Países

Canadá, Suecia, Reino Unido

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