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Un estudio revela que el CO2 de los campos de gas natural se disuelve en el agua

Un estudio internacional liderado por investigadores del Reino Unido ha revelado que en los campos de gas natural, que han almacenado dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero durante milenios, la mayor parte del CO2 se halla almacenado disuelto en agua en l...

Un estudio internacional liderado por investigadores del Reino Unido ha revelado que en los campos de gas natural, que han almacenado dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero durante milenios, la mayor parte del CO2 se halla almacenado disuelto en agua en lugar de haberse precipitado en forma de compuestos minerales. Sus descubrimientos, publicados en la revista Nature, tienen repercusiones de gran importancia en el estudio de los efectos a largo plazo del almacenaje subterráneo de carbono. Mientras las concentraciones de gases de efecto invernadero de la atmósfera continúan aumentando, el compromiso global, político y público por reducir el uso de combustibles fósiles no se ha desarrollado al mismo ritmo que el problema. Una solución transitoria que goza de buena aceptación para la reducción de las emisiones de CO2 consiste en capturar el gas emitido por las centrales eléctricas alimentadas por carbón y almacenarlo bajo tierra. Sin embargo, poco se sabe acerca de la seguridad o de la eficacia de este método a largo plazo. En el mejor de los casos, los estudios de ingeniería sobre el almacenaje geológico de CO2 apenas han proporcionado una visión general de lo que podría suceder en el transcurso de varias décadas. Por otra parte, los modelos diseñados para simular por ordenador lo que podría suceder con el CO2 inyectado bajo tierra han deparado resultados dispares. En esta reciente investigación, los científicos utilizaron campos de gas natural de China, Hungría y Estados Unidos para estudiar cómo ha permanecido almacenado de forma natural el CO2 bajo tierra durante miles de años, lo cual sirve de modelo natural de cara a futuros proyectos de almacenaje de carbono. «Hemos dado la vuelta a la técnica convencional basada en modelos informáticos y observado, en su lugar, los campos en los que hay CO2 almacenado en estado gaseoso desde hace mucho tiempo», explicó el autor principal, el Dr. Stuart Gilfillan de la Universidad de Manchester (Reino Unido). Los investigadores han utilizado conjuntamente marcadores de gases nobles e isótopos de carbono para averiguar si el CO2 se encontraba disuelto en agua o precipitado en forma de carbonatos minerales. De las dos opciones, la precipitación en forma de minerales sería preferible, porque de este modo el carbono podría permanecer «encerrado» durante un período de tiempo muy largo. «Combinando ambas técnicas hemos podido identificar exactamente, por primera vez, dónde se almacena el dióxido de carbono», explicó el Dr. Gilfillan. «Ya sabemos que el petróleo y el gas han permanecido almacenados de forma segura en campos de petróleo y gas durante millones de años. Nuestro estudio demuestra claramente que el dióxido de carbono ha permanecido almacenado de forma natural y segura en el agua subterránea en estos campos.» Los investigadores descubrieron que la cantidad de CO2 que se precipita en formas minerales es despreciable frente al 90 % del gas eficazmente eliminado mediante su disolución en agua. Debido al riesgo de pérdidas de CO2 debidas al «agua con gas» resultante (imaginemos un géiser frío y burbujeante que devuelve lentamente el gas a la atmósfera), estos investigadores insisten en la necesidad de que los investigadores que buscan soluciones para el almacenaje de carbono tengan muy en cuenta la movilidad potencial del CO2 en agua. En el estudio de trazado de gases también se utilizó una nueva metodología de investigación. Según el profesor Chris Ballentine de la Universidad de Manchester, los socios canadienses y británicos aportaron al proyecto conocimientos técnicos en distintos aspectos del trazado de gases. «Combinando nuestros conocimientos hemos sido capaces de inventar un nuevo modo de analizar los campos de dióxido de carbono. Este nuevo método también será fundamental para estudiar y rastrear dónde va a parar el dióxido de carbono capturado en las centrales eléctricas alimentadas con carbón una vez se inyecte bajo tierra. Este aspecto es esencial para futuros controles de seguridad.» En una nota al respecto, el Dr. Werner Aeschbach-Hertig de la Universidad de Heidelberg (Alemania) afirma que: «Aunque la disolución en el agua subterránea implica la posibilidad de transporte del CO2 y su eventual fuga hacia la atmósfera [�], tal como se cree que sucede en los campos de gas natural, este resultado no significa que sea imposible un almacenaje geológico seguro. Sin embargo, sí pone de manifiesto la necesidad de evaluar en profundidad las características hidrogeológicas de los posibles lugares de almacenaje.» Los nuevos métodos propuestos por los investigadores también proporcionan una potente herramienta para futuras investigaciones sobre el comportamiento de los mecanismos de atrapamiento geoquímico. Estos hallazgos representan un avance significativo en la comprensión de los efectos a largo plazo de capturar y almacenar gases de efecto invernadero en depósitos geológicos.

Países

Canadá, China, Reino Unido, Estados Unidos

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