La OCDE expone las oportunidades y los desafíos que plantea la bioeconomía del futuro
Para el año 2030 la biotecnología podría suponer el 2,7% del Producto Interior Bruto (PIB) en los países industrializados e incluso más en los países en vías de desarrollo, según un informe reciente de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). En la actualidad la biotecnología supone menos del 1% del PIB en los países de la OCDE. Sin embargo, el informe advierte de que los gobiernos y la industria deben eliminar los obstáculos que actualmente frenan el desarrollo y la comercialización de las biotecnologías. En el informe se definen como obstáculos diversos desafíos tecnológicos, cuestiones normativas, falta de inversión, temas de aceptación social y estructuras de mercado. En la actualidad, la biotecnología se emplea tanto en el sector sanitario y agrícola como en ciertas industrias. Entretanto, hay muchas otras aplicaciones, por ejemplo en el ámbito de la medicina regenerativa, que se encuentran en la fase inicial de su desarrollo. Los autores del informe predicen que para 2015 alrededor de la mitad de la producción mundial de los cultivos para alimentación humana y piensos animales procederá de variedades de plantas desarrolladas con la ayuda de la biotecnología. El campo de la farmacogenética, que estudia cómo los genes de una persona influyen en su respuesta a ciertos fármacos, repercutirá en el diseño de los ensayos clínicos y en las prácticas de prescripción. En la industria química, el valor de las sustancias químicas biológicas podría alcanzar entre el 12% y el 20% del total de la producción de sustancias químicas (comparado con el 1,8% en 2005). Es probable que la demanda de biotecnología aumente de aquí al año 2030, ya que el aumento de los ingresos, sobre todo en los países en vías de desarrollo, provocará una mayor demanda de asistencia sanitaria, agricultura, silvicultura y productos pesqueros. Al mismo tiempo, el cambio climático podría agravar muchos problemas medioambientales. Según la OCDE, la biotecnología podría ayudar a resolver muchos de los problemas sanitarios y medioambientales a los que se enfrentará el mundo en 2030. «Es probable que en 2030 la bioeconomía conste de tres elementos: conocimiento avanzado de genes y procesos celulares complejos, biomasa renovable e integración de aplicaciones biotecnológicas entre diversos sectores», se lee en el informe. Los autores del mencionado informe calculan que para 2030 la biotecnología podría representar un 2,7% del PIB en los países de la OCDE, debido principalmente al uso de la biotecnología en la industria, agricultura y sector sanitario. En los países en vías de desarrollo esta cifra podría ser incluso mayor, pues las economías de estas naciones suelen basarse más en la industria y la agricultura, indica el informe. En última instancia, el futuro de la bioeconomía depende de diversos factores. «Para sacar el máximo partido a la bioeconomía, será necesario establecer una política orientada deliberadamente a lograr objetivos concretos», concluye el informe. «Esto requerirá un liderazgo, principalmente gubernamental, pero también por parte de las principales empresas, que establezca objetivos para la aplicación de la biotecnología en la producción primaria, la industria y la sanidad; que disponga las condiciones estructurales necesarias para lograr los objetivos, por ejemplo mediante la firma de acuerdos internacionales y regionales; y que desarrolle mecanismos para asegurar que la política sea lo suficientemente flexible como para poder amoldarse a las nuevas oportunidades.» La UE invertirá 1.900 millones de euros en la creación de una bioeconomía europea por medio del tema «Alimentación, agricultura y pesca y biotecnología» del Séptimo Programa Marco (7PM).