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La deforestación amazónica sólo reporta beneficios al principio

¿Es beneficiosa la deforestación de la selva amazónica brasileña para el bienestar de la población de la región? Un nuevo estudio internacional señala que, si bien los inicios son prósperos, a continuación se produce un declive, siguiendo un patrón denominado «boom and bust» (...

¿Es beneficiosa la deforestación de la selva amazónica brasileña para el bienestar de la población de la región? Un nuevo estudio internacional señala que, si bien los inicios son prósperos, a continuación se produce un declive, siguiendo un patrón denominado «boom and bust» (bonanza y depresión). El estudio, cofinanciado por el Sexto Programa Marco (6PM), indica que el nivel de desarrollo humano es igualmente bajo antes y después de la deforestación. Hay diversos colectivos, entre ellos inversores y empresas mineras, que están a la caza de nuevas oportunidades en el Amazonas brasileño. Sin embargo, en su mayoría, quienes se desplazan a esta región son personas desfavorecidas que buscan mejorar su calidad de vida. La transformación de zonas forestales en aras del desarrollo económico consiste en la tala de árboles para dar lugar a tierras de cultivo, granjas de ganado y explotaciones madereras. Sólo en la última década se ha talado un total de 155.000 kilómetros cuadrados de selva tropical en el Amazonas brasileño. Los responsables del estudio aseguran que, de media, se talan 1,8 millones de hectáreas al año y que el avance de la deforestación es muy rápido. El equipo encargado de la investigación, dirigido por Ana Rodrigues, del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS), utilizó el Índice de Desarrollo Humano diseñado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), un índice que pondera la calidad y esperanza de vida y el nivel de alfabetización, para evaluar 286 municipios próximos a la selva que se encontraban en distintos grados de desarrollo. Según explicó la Dra. Rodrigues, se midieron los cambios tomando como base zonas geográficas y no períodos de tiempo. «Nuestro análisis tenía la finalidad de averiguar los patrones de desarrollo relativo por zonas geográficas, y no la evolución del desarrollo absoluto a lo largo de un periodo de tiempo», según se lee en el estudio. «Esto último habría sido inviable, dada la falta de series históricas prolongadas. En cambio, la opción que elegimos presenta la ventaja de que es posible realizar una homogeneización de los cambios temporales que afectan a toda la región (por ejemplo, los ciclos producidos en la economía brasileña).» Así pues, compararon distintos parámetros relativos al bienestar humano (p.ej. ingresos, educación, esperanza de vida) en el Amazonas brasileño, «en regiones donde aún no ha llegado la deforestación, en regiones que se están deforestando y en regiones ya deforestadas». El incremento inicial del bienestar que observaron se debe, probablemente, a la forma en la que la población local saca partido a los recursos naturales recién conseguidos, como los pastos. Asimismo, los científicos aventuran que las condiciones de vida mejoran gracias al aumento de los ingresos y a las nuevas carreteras. «El Amazonas es conocido en todo el mundo por atesorar un valor natural sin parangón, pero también es una región muy pobre. Se suele dar por hecho que la sustitución de bosques por cultivos y pastos es el mejor método para satisfacer las legítimas aspiraciones de desarrollo de estas regiones», explicó la Dra. Rodrigues en una entrevista difundida por la revista Science en formato de podcast. «Con este estudio nos proponíamos poner a prueba esta suposición. Y observamos que, si bien la llegada de la deforestación, efectivamente, al principio trae mejoras en los ingresos, la esperanza de vida y la alfabetización, estos progresos no tienen continuidad», añadió. «Por esta razón, opinamos que la región necesita un modelo de desarrollo mejor que garantice el crecimiento y la continuidad del bienestar humano sin agotar los recursos naturales», declaró la Dra. Rodrigues. «A nuestro parecer, este patrón de "bonanza y depresión" es reflejo de la sobreexplotación, el consiguiente agotamiento de los recursos naturales como la madera y el deterioro de la calidad y fertilidad del suelo.» La investigadora recalcó que ese mejor modelo no debería conducir a que se esquilmen los recursos naturales. «En nuestra opinión, empiezan a crearse las condiciones adecuadas para un modelo así, que valore más los bosques si están vivos que si están talados. Por ejemplo, hay en marcha negociaciones gracias a las cuales los bosques se empiezan a valorar por su capacidad de almacenamiento de carbono y se está recompensando a algunos países por no practicar la deforestación y, de esta forma, evitar las correspondientes emisiones de carbono», informó. La deforestación de zonas extensas comenzó con la llegada de los primeros inmigrantes europeos a esta región y la colonización portuguesa en el siglo XVI, apuntó la investigadora. «La deforestación del Amazonas a gran escala es relativamente reciente, y la mayor parte de ella se ha producido en las últimas décadas», declaró la Dra. Rodrigues a Science. Por su parte, el profesor Andrew Balmford, del departamento de Ciencias de la Conservación de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), comentó: «La trayectoria de bonanza y posterior declive que se observa actualmente en el desarrollo amazónico es perjudicial para la población humana y posiblemente catastrófica para otras especies y para el clima mundial. Para frenar esta tendencia será necesario aprovechar el valor que asocian a los bosques vírgenes quienes residen fuera del Amazonas, a fin de que la población local disponga de un mejor sustento cuando los bosques se dejan intactos que cuando se talan.»

Países

Francia, Reino Unido

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