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Descubren un gen que provoca un cáncer poco común

Científicos europeos han identificado un gen que provoca una forma de cáncer poco común denominado carcinoma quístico adenoide (CCA). El equipo confía en que gracias a los resultados de su trabajo, publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)...

Científicos europeos han identificado un gen que provoca una forma de cáncer poco común denominado carcinoma quístico adenoide (CCA). El equipo confía en que gracias a los resultados de su trabajo, publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), se descubran nuevos tratamientos contra esta enfermedad. El CCA es una enfermedad excepcionalmente rara. Se manifiesta en más de treinta órganos del cuerpo humano, pero en un 58% de los casos se localiza en la región de la cabeza y el cuello. Sólo en las glándulas salivares se concentra el 34% de los casos. Otro 17% se descubre en el aparato respiratorio, un 12% en el pecho y el 13% restante en cualquier otra parte del organismo. A pesar de que su crecimiento es lento, el CCA es mortal en la mayoría de los casos. Entre el 80% y el 90% de los pacientes a los que se les descubre la enfermedad en la cabeza y el cuello mueren entre diez y quince años después del diagnóstico. En total, la tasa de supervivencia de quince años se alcanza en un 40% de los casos. Su tratamiento consiste en cirugía seguida de radiación. En este estudio, científicos de los Países Bajos y Suecia muestran que el CCA está provocado por un gen de fusión, que se origina cuando dos genes sanos se unen. Esta conclusión se alcanzó tras estudiar muestras de tejidos de tumores de CCA extraídas de distintas partes del organismo. Que aparezca un gen de fusión en todos los CCA analizados, independientemente de la procedencia de la muestra, indica que es una seña de identidad de la enfermedad, explicó el equipo. Los dos genes que forman el gen de fusión se denominan MYB y NFIB. El MYB cumple una serie de funciones en el organismo, como el control del crecimiento celular y el inicio de la apoptosis de las células que dejan de ser necesarias. Normalmente el MYB se desactiva en las células más maduras. Los investigadores sugieren que cuando el MYB se une al NFIB la célula podría perder la capacidad de controlar la actividad del primero de los genes. Esto hace que se active de nuevo y se genere una producción inmensa de una proteína anormal que puede llegar a provocar cáncer. «En 1986 sugerimos que el gen MYB podría estar involucrado en este tipo de cáncer, pero sólo ahora hemos dispuesto de las herramientas necesarias para probarlo», comentó el profesor Göran Stenman del Laboratorio Lundberg para la Investigación del Cáncer de la Universidad de Gotemburgo (Suecia). «Ahora que conocemos la base de este cáncer podemos desarrollar tratamientos nuevos y más efectivos para esta forma de cáncer insidiosa y de malignidad a menudo elevada. Una de las posibilidades sería desarrollar un fármaco que sencillamente desactivara este gen.» La investigación también aclara la influencia de los genes de fusión en el cáncer. «Antes se pensaba que los genes de fusión causaban tan sólo leucemia, pero ahora nuestro grupo puede demostrar que este tipo de gen cancerígeno también es común en los cánceres glandulares», explicó el profesor Stenman. «Es un descubrimiento importante porque muestra un nuevo mecanismo que sospecho que resultará ser muy común en varios cánceres humanos.»

Países

Países Bajos, Suecia

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