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Por qué es más común en jóvenes la variante de la ECJ

Ciertas células del sistema inmunitario podrían ser la clave para entender el motivo de que los jóvenes sean más propensos que los mayores a padecer la variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (vECJ). Este hallazgo, publicado en el Journal of Immunology, podría conducir ...

Ciertas células del sistema inmunitario podrían ser la clave para entender el motivo de que los jóvenes sean más propensos que los mayores a padecer la variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (vECJ). Este hallazgo, publicado en el Journal of Immunology, podría conducir a la creación de nuevas pruebas para detectar esta enfermedad y tratamientos para impedir que los priones causantes de la misma se extiendan al cerebro y el sistema nervioso central (SNC). Este estudio recibió apoyo del proyecto NEUROPRION («Prevención, control y manejo de las enfermedades priónicas»), financiado mediante el área temática «Calidad y seguridad de los alimentos» del Sexto Programa Marco (6PM) de la UE. La vECJ se origina por un tipo anormal de proteína denominada prion. El contagio se produce al consumir productos cárnicos procedentes de vacas que padecían la encefalopatía espongiforme bovina (ESB). A diferencia de otras formas de ECJ, la vECJ suele afectar a individuos bastante jóvenes, como lo demuestra que la edad media a la que aparecen los síntomas es de 28 años, circunstancia ésta que desconcierta a la comunidad científica. Se aventuró que esto podría deberse a que los jóvenes consumían más hamburguesas y salchichas (que solían contener más materia procedente del cerebro y la médula espinal de los animales hasta que se prohibió su uso en alimentos para consumo humano), pero estas teorías carecían de fundamento sólido puesto que la mayor parte de la población comía también estos productos. En el estudio referido, unos investigadores británicos estudiaron las llamadas células dendríticas foliculares (CDF) en ratones infectados por una versión de la tembladera, que es una enfermedad priónica. Las CDF se hallan en tejidos como el bazo, los nódulos linfáticos y las amígdalas. Cuando los priones causantes de la enfermedad se introducen en el organismo, las CDF los atraen y hacen que se multipliquen. En los ratones de más edad, las CDF son considerablemente más débiles, por lo que tienen menor capacidad para atraer los priones. Los investigadores observaron que el bazo de los ratones de más edad contenía cantidades bajas de priones y que ninguno de ellos presentaba síntomas de la tembladera, a diferencia de los ratones más jóvenes, que sí enfermaban. «Nunca se ha sabido con certeza por qué los jóvenes son más vulnerables a la variante de la ECJ. La teoría de que se debe a que consumen con más frecuencia productos cárnicos baratos es demasiado simplista», señaló el Dr. Neil Mabbott del Instituto Roslin, perteneciente a la Universidad de Edimburgo. «Averiguar qué les ocurre a estas células, que repercuten en las respuestas inmunitarias del organismo, podría ayudarnos a dar con mejores métodos de diagnóstico de la vECJ, o incluso encontrar la forma de evitar que los priones lleguen al cerebro. También podría servir para crear una vacuna.» Por otra parte, las conclusiones de este estudio son alarmantes porque el número de personas infectadas podría ser más elevado de lo que se creía. Aunque ninguno de los ratones de más edad manifestó síntomas de la enfermedad ni sus tejidos linfoides presentaron indicios de la misma, tras practicarles una autopsia sí se descubrieron signos del mal en el cerebro de muchos de ellos. Este dato reviste una gran importancia, dado que hasta ahora los investigadores se han guiado por la presencia de priones en muestras de tejidos de las amígdalas y el apéndice para calcular el número de infectados. Sin embargo, estos nuevos indicios sugieren que los priones podrían desaparecer de los tejidos linfoides tras su paso al cerebro. Además, esto implica que podría haber «una cantidad considerable de casos de la enfermedad en la tercera edad, pero sin signos clínicos». Según las estadísticas más recientes, desde que se registraran los primeros casos en 1995 ha habido un total de 170 casos de vECJ en el Reino Unido. También se han registrado casos en otros diez países, y muchos de ellos eran personas que habían vivido algún tiempo en el Reino Unido entre 1980 y 1996. En la actualidad esta enfermedad no tiene cura y los afectados fallecen, de media, catorce meses después de caer enfermos.

Países

Reino Unido

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