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Inuk, el esquimal más antiguo de Groenlandia

Un equipo internacional dirigido por investigadores de la Universidad de Copenhague ha descodificado el genoma de un hombre que habitó en la costa occidental de Groenlandia hace unos 4.000 años. Los descubrimientos del estudio, sobre los que se ha publicado un artículo en la r...

Un equipo internacional dirigido por investigadores de la Universidad de Copenhague ha descodificado el genoma de un hombre que habitó en la costa occidental de Groenlandia hace unos 4.000 años. Los descubrimientos del estudio, sobre los que se ha publicado un artículo en la revista Nature, forman parte del proyecto ECOGENE («Liberar el potencial de las regiones de convergencia de la Unión Europea en la genética»), financiado con 1,09 millones de euros mediante el tema «Regiones del conocimiento» del Séptimo Programa Marco (7PM) de la UE. El biólogo evolutivo danés Eske Willerslev, asociado al Centro de Geogenética, el Museo de Historia Natural de Dinamarca y el Departamento de Biología de la Universidad de Copenhague, junto con el doctorando Morten Rasmussen, dirigieron a un equipo de 52 científicos durante el análisis del ADN (ácido desoxirribonucleico) de un mechón de cabello humano prehistórico descubierto en el permafrost de Groenlandia. En un primer momento se pensó que el mechón pertenecía a un plantígrado debido a su grosor, pero después se descubrió que pertenecía a un esquimal prehistórico que nombraron «Inuk», término utilizado en esquimo-groenlandés que significa «hombre» o «humano». Inuk perteneció a la cultura Saqqaq, la primera en colonizar el «Nuevo Mundo Ártico», que pobló el oeste y sureste de Groenlandia durante el periodo comprendido entre 2500 a.C. y 800 a.C. La reconstrucción detallada de este genoma humano prehistórico se une a la lista de los ocho que ya han sido descodificados hasta la fecha pertenecientes a humanos vivos. Los investigadores afirman en relación al aspecto de Inuk que probablemente tenía ojos marrones, piel morena, pelo fuerte y oscuro (aunque propenso a la alopecia) y su sangre era del tipo A positivo. Sus incisivos frontales en forma de pala le servían para masticar la carne de foca de la que se alimentaba. Inuk también estaba genéticamente adaptado a temperaturas frías. Los investigadores afirman que, a pesar de que vivió en Groenlandia, Inuk guarda más relación con las tribus contemporáneas de Siberia que con los Inuit (que significa «personas») que habitan actualmente en Groenlandia. Los descubrimientos realizados ayudarán a averiguar la ruta migratoria de más de 2.000 kilómetros que siguieron hace unos 5.400 años los ancestros de Inuk, conocidos como los Chukchi, desde el noreste de Siberia hasta Groenlandia. Esta migración, en palabras de los investigadores, no tuvo que ver con la de los ancestros de los indios americanos y los Inuit. El profesor Willerslev y su equipo fueron noticia en 2009 cuando reconstruyeron al completo los genomas mitocondriales de un mamut lanudo y un humano prehistórico. Los científicos centraron su atención en el mechón objeto de análisis tras una serie de intentos fallidos de hallar restos humanos primitivos en Groenlandia. «Me encontraba con el director del Museo de Historia Natural de Dinamarca, el Dr. Morten Meldgaard, cuando la conversación derivó hacia las primeras poblaciones del Ártico», relató el profesor Willerslev. «[El Dr.] Meldgaard, que había participado en varias excavaciones en Groenlandia, me habló de un mechón de pelo de gran tamaño encontrado en la década de los ochenta en un yacimiento en el noroeste de dicha región y que estaba guardado en el Museo Nacional de Dinamarca.» Una vez el profesor Willerslev recibió permiso del Archivo y Museo Nacional de Groenlandia, él y sus colegas iniciaron el análisis del ADN del pelo. Mediante una serie de técnicas el equipo descubrió que el mechón de pelo pertenecía sin duda a un humano macho. «Durante varios meses trabajamos con la incertidumbre de si lograríamos obtener resultados», continúa. «Sin embargo, gracias al duro trabajo de un gran equipo internacional logramos secuenciar el primer genoma completo de un humano extinto.» «Nuestros descubrimientos pueden ser muy útiles para arqueólogos y otros científicos dedicados a la investigación de culturas extinguidas.» En este estudio pionero trabajaron científicos de Australia, China, Dinamarca, Estonia, Francia, Groenlandia, Letonia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos.

Países

Australia, China, Dinamarca, Estonia, Francia, Letonia, Rusia, Reino Unido, Estados Unidos

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