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El factor X: inversión de los cromosomas sexuales en el ratón pigmeo africano

Un equipo de investigadores franceses ha descubierto que, en una especie de ratón africano, la determinación sexual debida a los cromosomas sucede de manera inversa a la habitual. Los resultados de este estudio, que aclararán el mecanismo de determinación del sexo en los mamíf...

Un equipo de investigadores franceses ha descubierto que, en una especie de ratón africano, la determinación sexual debida a los cromosomas sucede de manera inversa a la habitual. Los resultados de este estudio, que aclararán el mecanismo de determinación del sexo en los mamíferos, han sido publicados en la revista Proceedings of the Royal Society B. Generalmente, el cromosoma Y es el encargado de determinar el sexo en los mamíferos. El trabajo de este equipo de investigación, que empleó como modelo experimental el ratón pigmeo africano (M. minutoides), emparentado con el ratón doméstico (uno de los más utilizados en biología), demostró que, en esta especie, el cromosoma que determina el sexo es el X. La regla general para la determinación sexual en mamíferos es sencilla: un juego de cromosomas XX implica sexo femenino, y uno XY, masculino. Pero existen excepciones a esta regla en las que se producen anomalías cromosómicas, que generalmente ocasionan esterilidad. El cromosoma Y determina el sexo mediante un único gen, denominado SRY (región determinante del sexo en el cromosoma Y). Este gen, descubierto en 1990, desencadena el desarrollo del sexo masculino. Su ausencia permite la formación de los ovarios a partir de las gónadas embrionarias. No obstante, esta norma no se cumple en todos los mamíferos. Con anterioridad a este estudio se habían identificado siete excepciones, todas ellas en roedores, a las que ahora se añade el ratón pigmeo africano, el único caso identificado en los últimos treinta años. Mediante el estudio de este ratón, los investigadores observaron que entre el 74% y el 100% de las hembras poseían un par de cromosomas XY. Los análisis moleculares y citogenéticos que realizaron mostraron que la inversión de los cromosomas no se debe a una mutación en el gen SRY, sino a un reordenamiento del cromosoma X cuyo origen y significado no se conocen con precisión. El equipo investigador observó que, entre las diferentes hembras analizadas, existían dos cromosomas X morfológicamente idénticos, el X y el X*. El X* apareció asociado a aquellas hembras que contienen un par X*Y. Este cromosoma contiene una mutación que da lugar a la inversión sexual. El hecho de que la mutación afecte al cromosoma X, en lugar de al Y, resultó sorprendente para los investigadores. Los científicos han de afrontar ahora otra paradoja: ¿por qué no han desaparecido los ratones XY a lo largo de la selección natural? Esto se ha intentado explicar mediante varias hipótesis, y se están realizando en la actualidad investigaciones nuevas al respecto. Las anomalías cromosómicas no se han estudiado todavía en profundidad, y un conocimiento más exacto del mecanismo de este proceso sería de gran valor para avanzar en la comprensión de la determinación del sexo. Los investigadores encargados del estudio pertenecen al ISEM (Instituto de Ciencias de la Evolución), CNRS (Centro Nacional de Investigación Científica de Francia), IGF (Instituto de Genómica Funcional) e IRD (Instituto de Investigación para el Desarrollo), todos de Francia.

Países

Francia

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