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Comprender el funcionamiento de la artritis reumatoide

Científicos de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) han descubierto un aspecto desconocido hasta ahora acerca de la artritis reumatoide, contribuyendo así a conocer más a fondo el proceso de esta enfermedad. Se trata de un trastorno inflamatorio crónico y sistémico que afecta...

Científicos de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) han descubierto un aspecto desconocido hasta ahora acerca de la artritis reumatoide, contribuyendo así a conocer más a fondo el proceso de esta enfermedad. Se trata de un trastorno inflamatorio crónico y sistémico que afecta a cerca del 1% de la población mundial y cuya causa sigue sin conocerse. Parte del presupuesto de esta investigación, publicada en el Journal of Clinical Investigation, provino de una subvención para investigadores principiantes del Consejo Europeo de Investigación (CEI) por valor de 1,6 millones de euros. Dichos científicos suecos han dado con una enzima que ofrece protección contra la inflamación y la destrucción de las articulaciones. Para ello tuvieron que bloquear la producción de la enzima GGTasa-I en ratones transgénicos. Consideran que este resultado inesperado podría propiciar la identificación de mecanismos desconocidos hasta ahora que rijan el desarrollo de los trastornos inflamatorios, y también el descubrimiento de terapias nuevas. La GGTasa-I se encuentra en todas las células, pero resulta especialmente importante para el funcionamiento de las llamadas proteínas CAAX en las células inflamatorias. La GGTasa-I une un ácido graso similar al colesterol a las proteínas CAAX. Hasta ahora se pensaba que esta enzima desempeñaba una función importante en la activación de las proteínas y que podría influir en el funcionamiento de las células inflamatorias. De hecho, ya hay a la venta medicamentos que contienen sustancias que suprimen la actividad de la GGTasa-I con la finalidad de inhibir la función de las proteínas CAAX. Estas sustancias se están sometiendo a ensayos clínicos con pacientes de cáncer, y en la comunidad científica había quien se preguntaba si podrían emplearse también para remediar trastornos inflamatorios como la artritis reumatoide. Sin embargo, el tratamiento con sustancias que inhiben la GGTasa-I ha sido en muchos casos inespecífico, lo que ha dificultado la tarea de evaluar la verdadera utilidad de la GGTasa-I como diana farmacológica. «Por ello desarrollamos estrategias genéticas en ratones transgénicos para desactivar el gen que codifica para la GGTasa-I», explicó Omar Khan, que coordinó el estudio en colaboración con el profesor Martin Bergö y con Maria Bokarewa, del Instituto de Medicina de la misma universidad, como asesora. «Así pudimos investigar si un bloqueo total de la GGTasa-I permite impedir el desarrollo de trastornos inflamatorios y si acarrea efectos secundarios», explicó. Pero los resultados de este experimento fueron opuestos a lo esperado. En lugar de impedir la inflamación, la deficiencia de GGTasa-I en los macrófagos -un tipo común de célula inflamatoria- provocó que los ratones desarrollaran una inflamación crónica con erosión ósea y cartilaginosa en las articulaciones, una patología muy similar a la artritis reumatoide en humanos. El Sr. Khan explicó que «por eso tuvimos que replantearnos la influencia de la GGTasa-I en la función de las proteínas CAAX, y descubrimos que un grupo de estas no sólo podían funcionar con total normalidad en macrófagos carentes de GGTasa-I, sino que incluso su número y su actividad eran mayores». Según indicó, «esto provocó una hiperactivación de los macrófagos, lo que generó grandes cantidades de sustancias inflamatorias y, a su vez, causó artritis a los ratones». El Dr. Khan añadió que «la GGTasa-I interviene en más de cincuenta proteínas CAAX distintas» y que este estudio mostró «que sólo una de estas proteínas, RAC1, al parecer es la responsable de la afección». Según explicó, «esto significa que una función de la GGTasa-I consiste en suprimir la actividad de RAC1 y prevenir la artritis en los ratones». Por consiguiente, «nuestros resultados sugieren que los fármacos que inhiben la GGTasa-I en realidad podrían potenciar la artritis, en lugar de curarla», señaló. «Esta información poseerá importancia para los ensayos clínicos en marcha con inhibidores de la GGTasa-I en pacientes de cáncer.» Este investigador señaló que el estudio también había deparado «un modelo genético efectivo y sencillo de la artritis en el ratón que puede servir para estudiar el efecto de fármacos nuevos y reconocer los mecanismos que intervienen en el desarrollo de esta patología». El Sr. Khan concluyó diciendo que «el siguiente paso consiste en decidir si la GGTasa-I y RAC1 están implicadas en la artritis en humanos y, en caso afirmativo, de qué manera».Para más información, consulte: Universidad de Gotemburgo: http://www.gu.se/english Las subvenciones para investigadores principiantes del Consejo Europeo de Investigación (CEI): http://erc.europa.eu/index.cfm?fuseaction=page.display&topicID=65

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Suecia

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