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Demostrada la habilidad lingüística de los bebés

Investigadores de Alemania han descubierto que los niños muy pequeños, de incluso tres meses de edad, son capaces de detectar en el habla y aprender espontáneamente dependencias complejas entre sílabas. Sus hallazgos, publicados en la revista PNAS, sacan a relucir el contraste...

Investigadores de Alemania han descubierto que los niños muy pequeños, de incluso tres meses de edad, son capaces de detectar en el habla y aprender espontáneamente dependencias complejas entre sílabas. Sus hallazgos, publicados en la revista PNAS, sacan a relucir el contraste entre los niños pequeños y los adultos, que sólo son capaces de reconocer esas mismas dependencias si se les indica que traten de reconocerlas. Estos resultados ofrecen indicios novedosos sobre la gran efectividad de la discriminación básica de tonos para las primeras etapas del desarrollo del lenguaje. Los científicos, pertenecientes al Instituto Max Planck para las Ciencias Cerebrales y Cognitivas Humanas de Alemania, estudiaron los mecanismos cognitivos del aprendizaje lingüístico en bebés para determinar su facilidad y velocidad para aprender los aspectos fundamentales del lenguaje. Los investigadores desmintieron que los adultos posean habilidades más sofisticadas para el aprendizaje de idiomas, una creencia muy arraigada. Según los autores, un bebé de tres meses de edad supera a un estudiante adulto a la hora de extraer reglas complejas del lenguaje hablado. Los bebés estudiados escucharon secuencias de sílabas durante veinte minutos; entretanto, los investigadores midieron sus respuestas encefálicas mediante electroencefalografía (EEG). Las sílabas aparecían por parejas pero con una tercera sílaba intercalada. «Esta clase de dependencia entre elementos no contiguos es común en los lenguajes naturales y se puede observar en numerosas construcciones gramaticales», explicó la autora principal, la Dra. Jutta Müller, del citado instituto. Según dijo, en la frase «el niño siempre sonríe», la desinencia del verbo correspondiente a la tercera persona («íe») viene determinada por el sustantivo «niño». En el estudio se reprodujo esta clase de dependencia empleando combinaciones como «le» y «bu» en secuencias como «le-wi-bu». La Dra. Müller aclaró que también se incluyeron combinaciones como «le-wi-to», de manera que una de las sílabas no encajaba. «Las mediciones con EEG mostraron que los bebés se percataban de esta infracción de la regla», aseguró la Dra. Müller. Además, ocasionalmente los científicos elevaron el tono de una de las sílabas. Según observaron, sólo aquellos bebés cuyos cerebros reaccionaban a los cambios de tono de un modo más maduro fueron capaces de identificar las dependencias entre sílabas. Mientras, los adultos sólo fueron capaces de reaccionar a dichas desviaciones cuando se les indicó que tratasen de reconocer dependencias entre las sílabas. Refiriéndose al hallazgo de que la capacidad de reconocimiento espontáneo se pierde en la adultez, la Dra. Müller manifestó: «Nos pareció especialmente interesante que los pocos adultos que dieron muestras de haber captado las reglas también presentaran una respuesta cerebral más intensa a los cambios de tono». Los autores afirman que este estudio arroja luz sobre el hecho de que los niños poseen la capacidad de aprender el lenguaje con rapidez pese a su tierna edad. Además identificaron un vínculo entre capacidades auditivas muy básicas y destrezas sofisticadas de aprendizaje de reglas. En la actualidad los investigadores indagan en si las diferencias mostradas por los bebés en su respuesta a los cambios de tono y en su capacidad para aprender las reglas podrían repercutir en el desarrollo del lenguaje.Para más información, consulte: Instituto Max Planck para las Ciencias Cerebrales y Cognitivas Humanas: http://www.mpg.de/149614/kognition_neuro PNAS: http://www.pnas.org/

Países

Alemania