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Asientos más ligeros para que los aviones sean más ecológicos

Con la ayuda de la financiación de la Unión Europea (UE), una empresa emergente ha desarrollado asientos, camas y almohadas más cómodas para los aviones, una innovación que también reduce las emisiones de CO2.

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Gracias al proyecto ACME de la UE, es posible que en poco tiempo pasajeros y tripulación puedan volar de manera más agradable y con una menor huella de carbono. Este proyecto ha servido para que Vanema, una empresa emergente eslovena, diseñe y pruebe asientos, camas y almohadas para aviones un 30 % más ligeras que las que hay en el mercado. Esto reduce la cantidad de combustible necesario, con el consecuente beneficio para el medio ambiente. «Cada gramo que logremos ahorrar contribuye a reducir emisiones y a mejorar la eficiencia», explica Sandi Cesko, presidente de Vanema. Durante los dos años de duración del proyecto ACME, Vanema colaboró con Airbus, fabricante de aeronaves, STELIA Aerospace, fabricante de asientos para aviones, y con una filial de la empresa austriaca BOXMARK Leather para desarrollar diferentes productos: un asiento hasta 300 g más ligero para la clase turista, un asiento para la clase preferente 800 g más ligero que los actuales, un asiento en primera clase 1,5 kg más ligero y colchones con 3 kg menos de peso para la tripulación de cabina. Los desarrolladores de ACME calcularon que la sustitución de los cojines de asiento en una sola nave durante todo un año supondría un ahorro de 32 toneladas de peso, 1 500 litros de combustible y 46 toneladas en emisiones de CO2. «Imaginen lo que podríamos lograr si una docena de aviones estuviesen equipados con nuestra tecnología», observa Cesko. Los asientos de Cesko emplean una tecnología innovadora para colchones llamada Octaspring —adquirida tras comprar la patente al diseñador belga Willy Pope en 2011—, que consiste en la fusión de resortes en espiral y espuma. Studio Moderna, una empresa de Cesko, aplicó esta tecnología en sus colchones DORMEO, y en la actualidad la está comercializando en más de cuarenta países. Vanema emplea un proceso manual y laborioso para colocar uno a uno los muelles en los asientos y colchones pero logra mantener un coste competitivo gracias a que emplea solo la mitad de espuma que la tecnología convencional. Siéntense, a relajarse Los muelles crean un mayor soporte para las partes del cuerpo que más lo necesitan y la estructura del Octaspring aporta ocho veces más ventilación que los sistemas tradicionales, lo que lo convierte en un material más fresco. «Nuestros estudios del sueño muestran que, como promedio, hay una diferencia de tres grados de temperatura y eso permite dormir de manera más rápida, profunda y durante más tiempo», apunta Cesko. Sandi Cesko fundó la empresa emergente ACME para intentar introducir la combinación de muelles y espuma en el sector de la aviación. La financiación de la UE fue un paso esencial para el proyecto, ya que permitió realizar la investigación y el desarrollo (I+D) necesaria para entrar en un nuevo mercado. Según Cesko: «Los costes de entrar en este sector son exageradamente altos». A los gastos correspondientes al desarrollo del producto hay que sumar los necesarios para obtener certificaciones. «Los conocimientos de nuestros socios en el sector de la aviación nos ayudaron a evitar años de ensayo y error, y nos permitieron crear productos que ya están aceptados por diferentes aerolíneas y fabricantes de equipos», comenta Cesko. Airbus ayudó a Vanema a adaptar su tecnología Octaspring a los estándares de la industria, así como a optimizar la comodidad y ergonomía de los asientos. Durante el proyecto ACME, Vanema logró certificar por completo un cojín de asiento para la clase preferente desarrollado junto con STELIA Aerospace y, en la actualidad, está en el proceso de lograr otra certificación para un asiento de la clase turista. Además, la empresa se encuentra en negociaciones con dos fabricantes que desean incluir los productos ACME en sus catálogos, así como con aerolíneas interesadas en el reacondicionamiento de sus aviones. También está a punto de completar un ensayo de gran consumidor con 15 000 cojines. Hasta la fecha, el 78 % opina que los asientos son más cómodos. «Muchas aerolíneas se han olvidado del confort pero nosotros queremos cambiar esa tendencia», concluye Cesko.

Palabras clave

ACME, Octaspring, emisiones de CO2, colchón, DORMEO, espuma, huella de carbono, aviación

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