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Novel ultrasensitive detection device for early Sepsis diagnosis

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Una herramienta para combatir un asesino poco conocido

El proyecto de la Unión Europea IVD4Sepsis desarrolló una prueba para detectar con premura un asesino del que se suele hablar poco, la septicemia, y que en sus inicios es fácil de tratar.

El proyecto IVD4Sepsis ideó una prueba para mejorar el diagnóstico de uno de los mayores asesinos del mundo: la septicemia. Según la Organización Mundial de la Salud(se abrirá en una nueva ventana), 6 millones de personas mueren de esta enfermedad cada año en todo el mundo, aunque muchas de estas muertes podrían prevenirse. Aproximadamente 30 millones de personas contraen cada año septicemia(se abrirá en una nueva ventana), una disfunción orgánica desencadenada por una respuesta incontrolada del sistema inmunológico, que puede dar lugar a insuficiencia orgánica y la muerte. Esta cifra supera a la de personas que contraen SIDA, cáncer de próstata y cáncer de mama juntas, calcula el doctor Óscar Ahumada, coordinador del proyecto. Sin embargo, muchos pacientes y médicos no reconocen los síntomas de la enfermedad. El doctor Ahumada espera que la nueva prueba desempeñe un papel fundamental en la reducción de la tasa de mortalidad mundial. La tecnología digital de recuento de moléculas tan solo tarda unos pocos minutos en dar los resultados tras un análisis de sangre, y puede por tanto ayudar a obtener un diagnóstico durante la primera hora en que la septicemia se presenta en el paciente, momento en el que hay una tasa de supervivencia del 80 %. Al cabo de seis horas, el paciente tiene tan solo una probabilidad de sobrevivir del 30 %. «Nuestra prueba es alrededor de 1 millón de veces más sensible en términos de detección de concentración que las tecnologías convencionales y da los resultados de forma mucho más rápida», explica el doctor Ahumada, director general de la empresa española Mecwins(se abrirá en una nueva ventana). «Es de vital importancia que tanto la población como el sector sanitario reconozcan los primeros síntomas de septicemia, para que se acceda al tratamiento, cuando sea posible, durante la primera hora (la "hora de oro")», añade el doctor Ahumada. El actual método de diagnóstico se basa en la identificación de patógenos en sangre, pero carece de sensibilidad, tarda en obtener los resultados y se detectan cultivos sanguíneos positivos en menos de una tercera parte de los pacientes. Parte del problema es que la septicemia es un síndrome clínico difícil de definir y, por lo tanto, también difícil de diagnosticar. Los expertos en salud han propuesto muchas definiciones de esta enfermedad a lo largo de los últimos años, para concluir que se trata de una respuesta inmunológica abrumadora a una infección, que pueden causar muchos tipos de microbios. Las bacterias son la causa más común, pero los hongos y virus también pueden serlo. Un problema mundial Una infección por todo el cuerpo que se transmite a través del torrente sanguíneo puede derivar en casos graves. Los procedimientos médicos invasivos, como la cirugía o la inserción de un tubo intravenoso, pueden introducir las bacterias en el torrente sanguíneo y causar la enfermedad. La septicemia también puede derivar de una infección confinada en una parte del cuerpo. Los niños y mujeres embarazadas la padecen en países de renta baja, pero también 1,7 millones de adultos en un país rico como Estados Unidos. Los síntomas suelen pasar desapercibidos hasta que es demasiado tarde. Los investigadores de IVD4Sepsis lograron emplear un prototipo tecnológico en 2016 de Mecwins para detectar biomarcadores de septicemia que pueden identificar la enfermedad. «Estos biomarcadores tienen unos niveles endógenos inferiores a 1 pg/mL, imposibles de detectar con las tecnologías estándares que se utilizan en las rutinas clínicas», explicó el doctor Ahumada. Creen que su tecnología podría aplicarse para diagnosticar otras enfermedades en las que se han definido biomarcadores proteicos, pero que se presentan en bajas concentraciones. Mecwins está ahora trabajando con el grupo farmacéutico español Grifols y su unidad Progenika Biopharma, que ha adquirido una participación del 25 % de Mecwins para comercializar la tecnología. «Creemos que esta tecnología revolucionaria puede sustituir rápidamente las tecnologías actuales», añadió el doctor Ahumada.

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