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Migration Solidarity and Acts of Citizenship along the Balkan Route

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Por qué los grupos de solidaridad migratoria podrían anunciar una nueva política

¿Cómo olvidar las imágenes de la apodada «crisis migratoria» de 2015? Lo que se documentó menos fueron los espacios solidarios y muestras de solidaridad que surgieron en aquel momento. MigSol los estudió en busca de una nueva política basada en la comunidad.

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La «ruta de los Balcanes» es una trayectoria de migración hacia el centro y el norte de Europa. Atrajo la atención en 2015 cuando el número de personas que la utilizaban aumentó de forma significativa debido en parte al conflicto en Siria, pero también al incremento de la vigilancia en el mar Mediterráneo, lo que hizo que aumentaran los peligros de llegar a Europa desde Libia y Túnez. Mientras los Estados europeos desplegaban medidas para controlar la movilidad de las personas a lo largo de la ruta de los Balcanes, grupos de base e individuos se movilizaban en solidaridad con los migrantes. El proyecto financiado con fondos europeos MigSol estudió y evaluó cómo los desplazados podían emprender acciones políticas que sirvieran a sus objetivos y valores en estos espacios solidarios. MigSol mostró que, aunque estos lugares se encargaban de cubrir las necesidades diarias de los migrantes (por ejemplo, alimentos y cobijo), también ofrecían un punto de partida útil para el replanteamiento de la política de inclusión en toda Europa.

Espacios políticos alternativos

A menudo, se considera que los desplazados están fuera del ámbito político. En tanto que no ciudadanos, se tiende a negárseles la capacidad de actuar (el derecho a tomar decisiones fundamentales sobre sus vidas) y suele mirárseles con sospecha o compasión humanitaria. «Estas cuestiones resultan especialmente acuciantes en un momento en el que el ultranacionalismo y la extrema derecha están logrando más poder en Europa. MigSol propuso formas de replantear los significados y el futuro de la política y la comunidad», explica Celine Cantat, beneficiaria de una beca de investigación Marie Skłodowska-Curie. Cantat realizó un trabajo de campo etnográfico basado en observaciones participativas y entrevistas con un abanico de grupos y espacios solidarios, como edificios ocupados y lugares de alojamiento alternativo en tres países: Grecia, Hungría y Serbia. MigSol descubrió que las prácticas y las comunidades de «solidaridad migratoria» permiten a los desplazados, junto a aquellos solidarizados, satisfacer sus necesidades diarias organizándose de formas no jerárquicas basadas en la participación. «Por ejemplo, en algunos centros de las ciudades, vivían juntas cientos de personas que utilizaban listas de tareas para organizar actividades como cocinar, dar clases y gestionar clínicas y eventos sociales. Esto contrastaba de forma considerable con las experiencias de aislamiento y depresión que suelen encontrarse en los centros de acogida», comenta Cantat. Estos espacios también permitían a las comunidades fortalecerse más allá de los estatus que suelen separar a las personas (como el de solicitante de asilo, refugiado, residente y ciudadano), para que los miembros se involucraran en acciones políticas como protestas y campañas por sus derechos y los de los demás.

Inclusión desde abajo

MigSol demostró las formas que existen y en que ya se está incluyendo a los migrantes de forma significativa en la sociedad a través de la política solidaria local. Se trata de alternativas concretas a las políticas que aíslan tanto simbólica (a través de discursos que sugieren que los migrantes son «forasteros» que deben integrarse) y espacialmente (al instalar a estas personas en campamentos y centros de acogida). El proyecto propuso que estas prácticas políticas alternativas deberían apoyarse en tanto que espacios que ofrecen respuestas a lo que algunos consideran la crisis política y democrática que Europa presencia en la actualidad. Según afirma Cantat: «El primer paso sería que la Unión Europea y los Estados miembros detuvieran la criminalización de los migrantes y sus simpatizantes, que hemos documentado a lo largo del proyecto. Esto significa, primero, detener los campamentos, la detención y la deportación de residentes no ciudadanos y, segundo, proporcionar legitimidad y apoyo a las actividades solidarias». Cantat pretende continuar investigando estos espacios solidarios para profundizar en el estudio de su potencial: «En un contexto de apoyo reducido del estado del bienestar, más personas confían en estructuras autoorganizadas para los servicios básicos como la sanidad y la educación».

Palabras clave

MigSol, migrante, refugiados, solidaridad, balcánico, mediterráneo, Siria, desplazados, ciudadanos, humanitario, solicitante de asilo, residente

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