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Revivable freezing solution for the insect farming market

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Congelar huevos de insectos para alimentar a un mundo hambriento

Los insectos son una fuente excelente de proteínas para los peces, las aves y el ganado destinados al consumo humano. Cuentan con potencial para reemplazar la harina de pescado, lo cual suavizaría la presión que ejerce la sobrepesca en los océanos. El proyecto FreezeM probó una forma de suministrar huevos de mosca a fábricas de todo el mundo en cualquier época del año.

Alimentos y recursos naturales icon Alimentos y recursos naturales

Alimentar a los peces, las aves y el ganado plantea retos cada vez mayores. A medida que aumenta la demanda de productos de origen animal, la producción de piensos compite por los escasos recursos con la producción de combustibles y alimentos de consumo humano. Los insectos podrían ser una buena alternativa sostenible a los cereales y la harina de pescado, ya que muchos animales se alimentan de insectos de forma natural y estos presentan un alto contenido en proteínas. No obstante, para ello se requeriría una producción en serie de insectos a niveles aún no alcanzados. El proyecto FreezeM, financiado con fondos europeos, ha probado una forma de congelar huevos de mosca soldado negra («Hermetia illucens» ) que permite suministrarlos durante todo el año a una industria emergente. «Los principales obstáculos a los que se enfrenta el mercado son el precio, la expansión y la estabilidad de la producción», declara Yuval Gilad, director general y cofundador de FreezeM, empresa israelí derivada del Instituto Científico Weizmann (WIS). «La tecnología de FreezeM elimina dichos obstáculos, ya que consigue que la cría y la producción de huevos sean más estables y asequibles para todos. De este modo, se relajan las barreras de acceso de nuevos agentes al mercado, al tiempo que se reducen los costes de explotación y la inversión de capital en nuevas instalaciones», explica Gilad.

Jóvenes emprendedores

Gilad, graduado del WIS de 37 años de edad, desarrolló el método de FreezeM (pendiente de patente) hace tres años, junto con Yoav Politi, de 37 años, e Idan Alyagor, de 35 años, también graduados en el WIS y especialistas en genética molecular y biología del desarrollo. Durante el proyecto de la Unión Europea, entrevistaron a expertos y clientes potenciales para validar su método, llegaron a una fase de prueba de concepto y llevaron a cabo un pequeño piloto con una selección de posibles clientes. «Analizamos los mercados objetivo iniciales en profundidad para evaluar de forma realista el tamaño del mercado, su crecimiento, la competencia, los clientes y los socios», añade Gilad. Detectaron un claro interés en sus huevos y larvas neonatas listos para usar en el sector de los piensos para animales y creen que la proteína de insectos podría sustituir pronto la harina de pescado y reducir así la sobrepesca. En Europa se producen más de 6 000 toneladas de proteínas de insecto al año. Para 2030, la Plataforma Internacional de Insectos para Alimentos y Piensos (IPIFF) cree que podrían alcanzarse los 3 millones de toneladas. Con una legislación favorable, esta cifra podría elevarse hasta unos 5 millones de toneladas al año. La investigación de FreezeM identificó un mercado para su producto en la industria de la gestión de residuos, ya que las larvas de mosca negra soldado ejercen una acción bioconversora. También existe la posibilidad de llegar a vender a quienes fabrican productos alimenticios a base de insectos para el consumo humano, dado el reto señalado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación de aumentar la producción alimentaria en un 70 % antes de 2050 a fin de abastecer a una población mundial que se espera que para entonces supere los 9 700 millones de personas. «A día de hoy, si un empresario del sector de la tecnología alimentaria quiere elaborar un nuevo suplemento o barra con proteínas procedentes de insectos, debe invertir mucho tiempo y dinero en construir su propia instalación de cría», explica Gilad. «A través de FreezeM, puede encargar los huevos o larvas neonatas necesarios para desarrollar el producto y, más tarde, para su producción, y salir al mercado a corto plazo con una inversión significativamente menor». Según la IPIFF, en el mundo ya comen insectos más de 2 000 millones de personas, a los que podrían sumarse los occidentales en el futuro. «A medida que los consumidores vayan tomando conciencia del origen de sus alimentos y tengan en cuenta la sostenibilidad a la hora de elegir lo que comen, esperamos que las proteínas de insectos se incorporen a los productos alimentarios», añade Gilad.

Palabras clave

FreezeM, huevos de insecto, mosca soldado negro, «Hermetia illucens», proteína de insecto, larvas neonatas, producción alimentaria

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