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¿Alguien quiere grillo? Analizar la actitud de los europeos ante las proteínas alternativas

En un estudio respaldado por la Unión Europea (UE) se explora la opinión de los consumidores europeos sobre los alimentos proteicos alternativos y si realmente los comprarían.

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Un estudio reciente dirigido por la Universidad de Ciencias Sociales y Humanidades (la Universidad SWPS) de Polonia ha arrojado algo de luz sobre la actitud de los consumidores europeos ante los alimentos proteicos alternativos. El estudio cuenta con el apoyo del proyecto financiado con fondos europeos LIKE-A-PRO, cuyo objetivo último es generalizar los alimentos proteicos alternativos para que sean ampliamente accesibles y aceptados por los consumidores de toda Europa. Sin embargo, ¿son los gustos alimentarios de los europeos del norte iguales a los de los habitantes del sur? ¿Estarían dispuestos los europeos del sur a comer grillos? ¿Hasta qué punto está dispuesta la población de Europa del Este a adoptar alimentos nuevos? El estudio se centró en ocho países: Alemania, Chequia, Dinamarca, España, Finlandia, Italia, Polonia y Reino Unido, para conocer la actitud de la población ante los alimentos producidos a partir de proteínas alternativas como guisantes, colza, setas, krill y gusanos de la harina. El equipo analizó investigaciones de once bases de datos de revistas revisadas por expertos. Descubrió que muchos consumidores consideran que los productos híbridos que combinan proteínas convencionales y alternativas son más sanos, más éticos y más respetuosos con el medio ambiente que los productos cárnicos. No obstante, esto no significa que estos mismos consumidores tengan intención de comprar tales productos. Por ejemplo, la actitud positiva hacia los alimentos proteicos alternativos era especialmente evidente entre los consumidores daneses, pero según un proyecto de investigación sobre las intenciones de compra, sólo el 46 % de los daneses está dispuesto a comprar carne híbrida (que combina plantas y carne).

El este es reticente

En el análisis se demostró que los consumidores de Chequia y Polonia conocían menos los alimentos nuevos y estaban menos dispuestos a adoptarlos que sus homólogos daneses y alemanes. «Estos patrones deben considerarse en el contexto de una ingesta persistentemente alta de carne (en comparación con las legumbres) per cápita en los años comprendidos entre 2018 y 2020 en países como Polonia», explica la autora principal del estudio LIKE-A-PRO, Hanna Zaleśkiewicz, que es estudiante de doctorado en la Universidad SWPS, socia del proyecto. Esta tendencia se evidenció incluso entre los consumidores jóvenes. En Alemania, el 73 % de los jóvenes compran alimentos nuevos poco después de que estén disponibles (innovadores de alimentos) o después de pensárselo un poco (seguidores tempranos). En Chequia, Eslovaquia y Polonia, sólo lo hacen entre el 24 % y el 36 %.

La relación con los insectos

Los habitantes del norte aceptan mejor los alimentos proteicos alternativos basados en insectos que los del sur. Los consumidores de Finlandia y Suecia son más positivos respecto a estos alimentos que los checos y alemanes. Sólo entre el 18 % y el 22 % de los consumidores británicos y españoles están dispuestos a comprarlos, mientras que los consumidores italianos se muestran mucho más reacios que sus homólogos del norte y el oeste. «La cultura alimentaria y los patrones de alimentación en el norte de Europa podrían haber cambiado en las últimas décadas, mientras que la cultura alimentaria italiana se considera una de las más sólidas de Europa, con más de doscientos productos alimenticios, en los que la carne desempeña un papel importante», destaca Zaleśkiewicz. El análisis no reveló diferencias en la adopción de los alimentos proteicos alternativos entre zonas rurales y urbanas. Sin embargo, las actitudes en ciudades más multiculturales y cosmopolitas, como París y Helsinki, son más positivas hacia estos alimentos. Por ejemplo, los parisinos consumen más alimentos proteicos alternativos a base de algas que otras ciudades francesas, probablemente debido a la gran población asiática de París. Por último, en el estudio se demostró que la producción local de un alimento proteico alternativo podría aumentar la probabilidad de que las personas lo probaran. Esta visión preliminar de las diferencias entre consumidores de diversas regiones europeas sugiere que podrían utilizarse mensajes variados para promover la ingesta de alimentos proteicos alternativos en toda Europa, teniendo en cuenta factores motivacionales como la salud y los beneficios relacionados con el medio ambiente y el bienestar animal. LIKE-A-PRO (From niche to mainstream - alternative proteins for everybody and everywhere) finaliza en 2026. Para más información, consulte: Página web del proyecto LIKE-A-PRO

Palabras clave

LIKE-A-PRO, proteína, proteína alternativa, insecto, consumidor, alimento proteico alternativo, carne