Un nuevo método de preservación de órganos podría ganar un tiempo vital para los equipos médicos y salvar vidas
En 2018, más de 150 000 pacientes se inscribieron en las listas de espera de órganos en Europa. Aunque 41 000 pacientes recibieron un trasplante, 48 000 nuevos pacientes se inscribieron en las listas de espera el año pasado. Esta cifra equivale a casi seis nuevos pacientes en las listas de espera cada hora. La demanda de trasplantes de órganos aumenta en todo el mundo, pero no existen suficientes órganos para responder a esta necesidad. Esta escasez es hoy día el factor limitante para tratar a muchos pacientes con insuficiencia orgánica crónica y ha incrementado el número de pacientes en las listas de espera. Sin embargo, aunque muchas personas esperan desesperadamente un trasplante, se pierde un gran número de órganos. Según Human Rights Channel, solo un 10 % de las personas en lista de espera recibieron un órgano y dieciocho personas de las listas de espera murieron cada día en toda Europa en 2018.
El desafío de llevar los órganos de los donantes hasta los receptores
Un problema fundamental es la ventana de oportunidad entre la obtención y el implante. Las técnicas de preservación han mejorado, pero en la necesidad de llevar la mayoría de los tipos de órganos del donante hasta el receptor en un plazo de veinticuatro horas, demasiado a menudo, el tiempo se agota. Dado que el número de órganos donados es muy inferior al necesario, perder cualquiera de ellos tiene unas consecuencias devastadoras. El proyecto ELAPHARMA, organizado por ElaPharma Ltd, ha encontrado una nueva solución que, en el futuro, podría ayudar a preservar más tiempo los órganos. «Hemos abordado un desafío fundamental en el ámbito del trasplante de órganos: la ampliación del período durante el que órgano puede mantenerse vivo tras su extracción mediante la prevención del daño celular a través de la inhibición de la necrosis», explica Roi Paul Nathan, coordinador del proyecto y director general de ElaPharma Ltd, con sede en Israel. «La viabilidad celular de los órganos perfundidos con la innovación de ElaPharma es mucho más mayor. Esto equivale a unos mejores resultados para los pacientes tras el trasplante», afirma Nathan.
Interrupción de las rutas que llevan a la necrosis
La empresa se ha dedicado al desarrollo de la tecnología antinecrótica durante los últimos cuatro años. La necrosis consiste en una cascada de fenómenos celulares y moleculares que, en última instancia, dan lugar a la muerte celular en los principales órganos. Nathan explica: «La tecnología única de ElaPharma no es más que un cambio de paradigma. Las actuales soluciones funcionan para ralentizar el daño hipóxico-isquémico extracorpóreo. Nuestra nueva tecnología aborda la ruta de la necrosis celular. Nos centramos en el daño celular que conduce a la muerte celular y la insuficiencia orgánica mediante el uso de moléculas que inhiben la necrosis». El equipo ha dedicado quince años a identificar las enzimas proteolíticas clave que intervienen en el proceso de necrosis. Para ello, emplearon distintos métodos bioquímicos, ensayos enzimáticos y el cribado con bibliotecas de ARN pequeño de interferencia (ARNpi). Detectaron moléculas que inhiben selectivamente la activación de las enzimas, de forma que retrasan la muerte celular, y pasaron a identificar las candidatas óptimas para fines terapéuticos. ElaPharma controló asimismo las moléculas activas, en modelos «in vivo», en el infarto agudo de miocardio. «A partir de los resultados positivos obtenidos para inhibir la necrosis, hemos desarrollado una nueva serie de moléculas y hemos probado su capacidad de preservación mediante el uso de distintos métodos. Se eligió la molécula más activa para seguir desarrollando la solución de preservación de órganos». El proyecto busca ahora formas de poder utilizar su proceso en entornos clínicos.
Palabras clave
ELAPHARMA, trasplante, donante, trasplante de órganos, preservación