Injerto aórtico de inspiración biológica que evita una complicada cirugía abierta
La aorta es la arteria más importante del cuerpo humano, ya que transporta la sangre desde el corazón hasta el resto del sistema. Con el tiempo, y en ocasiones debido a otros factores de riesgo, la aorta puede perder elasticidad. Si se rompe la capa interna, la sangre puede salir a través del desgarro, lo que puede hacer que se desprendan las capas interna y media. Este proceso, conocido como disección aórtica, es una enfermedad grave que afecta a entre 3 y 12 pacientes de cada 100 000 anualmente. La tasa de mortalidad en el mundo alcanza hasta el 40 % y es difícil de diagnosticar. El principal tratamiento actual es una cirugía a corazón abierto en la cual se elimina el tejido dañado, se detiene el flujo sanguíneo y se inserta una endoprótesis rígida para reconstruir la aorta. Hasta ahora, los injertos sintéticos impiden la regeneración del tejido dañado, y el desajuste con las propiedades mecánicas de la aorta puede provocar el fallo. La cirugía es complicada, con una tasa de mortalidad de hasta el 30 %. Es necesaria una solución segura y duradera. Aortyx, la empresa responsable del proyecto AORTYX, financiado con fondos europeos, ha diseñado y desarrollado un parche adhesivo que se inserta a través de un procedimiento mínimamente invasivo. Se adhiere a la fisura, detiene el flujo sanguíneo entre las capas aórticas y, a continuación, fomenta la regeneración natural del tejido. «Nuestro parche reduce significativamente la morbilidad y la mortalidad asociadas con esta terrible enfermedad», afirma Jordi Martorell, director general y cofundador de Aortyx.
Un remiendo avanzado
El parche se inserta mediante dispositivo de catéter patentado y mínimamente invasivo a través de una pequeña incisión inguinal que libera el parche en la zona diseccionada como un paraguas que se abre. El propio parche está realizado con material bioabsorbible y fabricado de forma que imite las propiedades mecánicas de la aorta. La pared de la aorta consiste en una capa externa de tejidos conectivos y malla de colágeno, una capa media de células musculares lisas y láminas elásticas y una capa de células endoteliales. La tecnología subyacente a este parche se basa, por lo tanto, en fibras centrales multicapa, fabricadas mediante electrohilado, una técnica avanzada para hilar fibras juntas que es popular para la creación de tejido. «El plan es que, semanas después de la implantación, el dispositivo esté totalmente cubierto de células endoteliales. Con el tiempo, en aproximadamente seis meses, las células musculares lisas colonizan el parche, anclándolo a la aorta y creando una matriz extracelular para regenerar el vaso», explica Martorell. En este plazo, el equipo de AORTYX espera que el polímero se haya degradado lentamente, devolviendo el vaso a un estado seminativo (natural).
Resultados prometedores
Martorell señala los tres puntos de la investigación que el equipo considera excelentes: «Las propiedades mecánicas del parche son muy similares a las de la arteria a la vez que resiste el flujo sin deslaminarse o dividirse en capas. En segundo lugar, el adhesivo es 10 000 veces más fuerte de lo necesario. Finalmente, la microestructura del parche es suficiente para fomentar la migración celular». La subvención de la Unión Europea permitió avanzar al equipo desde la producción de los prototipos iniciales de laboratorio hasta la fabricación de lotes preindustriales. Esperan completar la industrialización del dispositivo médico en 2021. «También hemos empezado los ensayos reglamentarios preclínicos que indican, hasta el momento, que el parche debe ser capaz de entrar en la primera etapa en humanos próximamente», afirma Martorell.
Palabras clave
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