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Penetration-promoting and Imageable Polymeric Micelles as a Platform Technology for Individualized and Improved Tumor-targeted Drug Delivery

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Novedosas nanopartículas administran tratamientos dirigidos contra el cáncer

Los avances en imagenología y suministro de fármacos a través de nanopartículas podrían dar lugar a unos tratamientos más eficaces contra el cáncer y con menos efectos secundarios.

El tratamiento del cáncer sigue siendo un reto sanitario fundamental y continuamente se están desarrollando fármacos nuevos contra esta enfermedad. Sin embargo, sigue siendo complicado matar de forma selectiva las células cancerosas a la vez que se reducen los daños a las células sanas. La nanomedicina se ha convertido en una nueva arma para esta lucha. Se están desarrollando y probando continuamente nanopartículas cargadas con fármacos antineoplásicos con el objetivo de mejorar el suministro de fármacos, así como su eficacia y tolerabilidad. Sin embargo, pese a los impresionantes avances, solamente se ha aprobado para su uso en la práctica clínica un número relativamente reducido de productos de nanomedicina. «La gente a menudo piensa que las nanomedicinas van directamente al tumor», explica Twan Lammers, coordinador del proyecto PIcelles e investigador de la Universidad RWTH de Aquisgrán (Alemania). «Sin embargo, esto no es así. Los nanofármacos inyectados en el torrente sanguíneo necesitan salir de los vasos sanguíneos del tumor para terminar llegando cerca de las células cancerosas». Como consecuencia, los nanofármacos no logran impulsar las tasas de respuesta ni las tasas de supervivencia en los pacientes. Para mejorar las tasas de éxito en los estudios, es necesario adoptar un enfoque más racional y holístico.

Administración dirigida de fármacos

El proyecto financiado con fondos europeos PIcelles se propone alcanzar este objetivo. Se basa en los trabajos anteriores sobre imagenología no invasiva, dado que se utilizan para determinar si las nanopartículas realmente se están acumulando en el punto objetivo. «Nos dimos cuenta de la importancia de empezar por ser capaces de determinar si es probable que los pacientes respondan al tratamiento», explica Lammers. El objetivo de PIcelles era llevar este trabajo un paso más allá. Además de utilizar imagenología no invasiva para preseleccionar a los pacientes, el equipo del proyecto ha desarrollado micelas poliméricas a nanoescala que pueden penetrar en el tumor. «Su reducido tamaño, unido a los péptidos promotores de la penetración presentes en su superficie, ayudan a mejorar la administración de fármacos dirigida al tumor y a impulsar la eficacia antineoplásica», añade Lammers. La carcasa exterior de las micelas poliméricas es hidrofílica, lo que significa que es soluble y que se dispersa bien en el torrente sanguíneo. El núcleo es hidrofóbico y resulta adecuado para encapsular potentes compuestos quimioterapéuticos que a menudo tienen una solubilidad muy baja.

Una mejor atención del paciente

El éxito del proyecto PIcelles ha permitido a Lammers y su equipo buscar financiación de seguimiento para comenzar a ampliar la producción de micelas poliméricas. Para impulsar los acuerdos de inversión o de licencia con la industria farmacéutica, es importante obtener una cartera de patentes sólida. «Esto no habría sido posible sin la financiación del CEI», señala Lammers. «Para el mundo académico resulta realmente difícil salvar la brecha entre la investigación y la comercialización, y lo primero por lo que preguntan los inversores son las patentes». En última instancia, los pacientes oncológicos se beneficiarán de los avances logrados a través de PIcelles y de otros proyectos previos asociados y financiados por el Consejo Europeo de Investigación. «En lo que respecta a la calidad de vida, pensemos en una mujer de unos treinta y cinco años diagnosticada con un cáncer de mama triple negativo», comenta. «Si no existe ninguna terapia dirigida, se le tendrá que administrar un cóctel de fármacos quimioterapéuticos que a menudo se asocia con multitud de efectos secundarios. Estos pueden incluir la depresión de la médula ósea, así como toxicidades neurológicas, náuseas y la caída del cabello». Al encapsular los fármacos quimioterapéuticos en formulaciones de nanomedicina, como sucede con las micelas poliméricas, es posible evitar muchos de estos efectos secundarios porque el fármaco no llegará a la mayor parte del tejido sano. «Esto puede ser algo que no siempre tengan en cuenta los inversores, habitualmente más preocupados por lograr un gran aumento de la eficacia, pero sin duda será algo apreciado por los pacientes», añade Lammers. «Si pudiéramos combinar el aumento de la tolerabilidad basado en la nanomedicina con el impulso de la eficacia terapéutica, esto sin duda representaría un paso de gigante para el campo de la nanomedicina oncológica».

Palabras clave

PIcelles, cáncer, nanopartículas, nanomedicina, péptido, tumor, torrente sanguíneo, fármacos, células

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