Unas manos recubiertas de piel virtual ofrecen una mayor destreza digital a los usuarios de realidad virtual
La disponibilidad cada vez mayor de sistemas de realidad virtual (RV) ha logrado que los entornos digitales inmersivos sean más accesibles que nunca, desde HoloLens de Microsoft hasta el sistema Oculus de Facebook. Sin embargo, interactuar físicamente con esos entornos constituye un escollo para muchos desarrolladores. «Imaginemos una persona con un dispositivo colocado sobre la cabeza que observa un mundo virtual con objetos ante sí y quiere interactuar con ellos», comenta Miguel Otaduy, coordinador del proyecto financiado con fondos europeos CLAP(se abrirá en una nueva ventana). «Estamos desarrollando una tecnología que permita coger, manipular y soltar esos objetos de forma natural».
Hacer clic y coger
Actualmente, explica Otaduy, la mayoría de los sistemas se basa en una mecánica encajable en la que, si un sensor detecta que las manos están cerca de un objeto digital, lo fijan en la mano, independientemente de la orientación de la mano o el agarre. «Hemos diseñado una mano más natural, que manipula el objeto digital tal como se hace en el mundo real», añade. En la Universidad Rey Juan Carlos(se abrirá en una nueva ventana), Otaduy y su equipo crearon un esqueleto digital que recrea la mano del usuario en el espacio virtual, cubierta por una piel flexible y suave, cuya forma se adapta al modo en que se flexiona. Esto permite calcular la zona de contacto entre la mano y un objeto para lograr una manipulación realista de los objetos en el espacio virtual. Según Otaduy, es esencial que esta simulación alcance suficiente precisión para conseguir reacciones naturales. «El método encajable es adecuado para ciertos juegos y la formación en RV, pero hay cosas que quedan fuera de su alcance», explica. «Estamos intentando desarrollar una mano virtual con el aspecto de una mano real, que pueda aproximarse a un objeto e introducir la interacción física, como operaciones de agarre. Así, se imitaría de forma más fiel lo que ocurre en el mundo real».
Evolución del proyecto
La tecnología es compatible con todos los grandes sistemas de realidad virtual en uso actualmente y no se basa en ningún equipo adicional. «Podemos aprovechar todas las opciones ya disponibles: sensores integrados, guantes de seguimiento, sistemas basados en cámaras y sistemas infrarrojos. Funciona con todos ellos», señala Otaduy. El proyecto de prueba de concepto tuvo el apoyo del Consejo Europeo de Investigación(se abrirá en una nueva ventana) y surgió a partir de un proyecto más fundamental para desarrollar los algoritmos subyacentes. «Aquella investigación fue esencial, así como atraer el talento adecuado», añade Otaduy. «Después, el proyecto nos permitió integrar esos algoritmos fundamentales en múltiples tecnologías, como rastreadores y diferentes dispositivos de visualización. Así pudimos demostrar el funcionamiento de la tecnología y dar un paso más hacia su comercialización».
Una mano amiga
Ahora el equipo de CLAP está buscando socios comerciales, inversores y colaboradores que contribuyan a llevar la tecnología a la siguiente fase de desarrollo. «Estamos intentando crear una empresa derivada —de hecho, estamos en conversaciones con la universidad para ver cómo hacerlo— y ampliar la cantidad de aplicaciones posibles con CLAP. En particular, serían aplicaciones de interacción social, telecomunicaciones y una interacción interpersonal más realista», comenta Otaduy. «La interacción manual nos permite tomar estos modelos informáticos y hacerlos reales para crear mundos virtuales que se vuelven verdaderamente interactivos. Es un modo fascinante de aunar la física, las matemáticas y la informática, así como de jugar con algo que solo existe en el interior de un ordenador».