Utilizar virus para limitar las enfermedades de los cultivos
Muchas personas consideran que los virus son un peligro absoluto y una amenaza. Al fin y al cabo, causan enfermedades y, como hemos visto con la COVID-19, pandemias. Sin embargo, la realidad es que la amplia mayoría de especies víricas son totalmente inofensivas y, de hecho, algunas pueden ser beneficiosas y desempeñan una función esencial en muchos ecosistemas. Por ejemplo, existe un virus que actúa contra el chancro del castaño, una enfermedad fúngica que ataca a los castaños. Este virus, inofensivo para el árbol, actúa como una especie de control biológico natural, que reduce la capacidad patógena del hongo. «Soy virólogo vegetal de formación y me interesaba ver si existía la posibilidad de usar virus en la agricultura», explica el coordinador del proyecto VIROPLANT, Massimo Turina del Consejo Nacional de Investigación italiano. «Utilizar productos químicos en la agricultura no es sostenible, sobre todo en zonas más urbanizadas, y no pueden usarse antibióticos que actúan contra las bacterias debido a la resistencia a los antimicrobianos. La Unión Europea también desea eliminar progresivamente el uso del cobre. Por lo tanto, es importante que encontremos nuevos métodos para proteger a los cultivos».
Analizar nichos ecológicos
El objetivo del proyecto VIROPLANT era examinar el potencial de nuevos agentes de control biológico basados en virus que atacan a bacterias, hongos e insectos perjudiciales. Turina señala que actualmente solo existen cinco productos de control biológico basados en virus en el mercado europeo para el control de insectos. «Ya se han realizado muchos trabajos sobre la función ecológica de los virus en el entorno marino con la ayuda de nuevas técnicas de secuenciación de alto rendimiento», afirma Turina. «Queríamos llevar este método a otros nichos ecológicos». Para ello, Turina y su equipo identificaron lesiones en las hojas, donde las plantas estaban siendo atacadas. Algunos de los estudios de caso del proyecto fueron las enfermedades bacterianas que atacan a kiwis, tomates y pepinos. También se incluyeron insectos perjudiciales que transmiten virus y fitoplasmas a cultivos importantes como las vides, los pimientos y las cebollas. El equipo también recopiló mildíu y oídio de la vid. Estas muestras fueron llevadas al laboratorio y analizadas mediante tecnología de secuenciación genética, lo que permitió al equipo caracterizar la dotación genética de un nicho ecológico específico y buscar virus que podrían convertirse en agentes de control biológico. A continuación, los candidatos prometedores fueron utilizados en ensayos.
Una nueva era en el control biológico
«Pudimos describir en detalle el genoma de miles de nuevos virus a partir del estudio de bacterias, hongos e insectos», añade Turina. «Encontramos muchos candidatos que podrían utilizarse contra enfermedades concretas y que un día podrían transformarse en productos». Los hallazgos también podrían influir en la medicina humana. Existe un interés creciente en estos bacteriófagos (los virus que atacan a las bacterias) como una alternativa viable a los antibióticos. «De cara al futuro, será vital abordar la aceptación social de los agentes de control biológico basados en virus», destaca. «También tenemos que estudiar el potencial comercial y trabajar para lograr un marco reglamentario más simplificado». Turina señala que los agentes de control biológico se enfrentan a las mismas cargas normativas que los plaguicidas químicos, algo que, en su opinión, debe estudiarse. Por último, Turina y su equipo pudieron identificar tipos de virus que no se habían descubierto hasta ahora. «Encontramos lo que podrían ser eslabones perdidos en la evolución vírica», comenta. «Desde el punto de vista de la ciencia fundamental, esto es muy interesante. Si seguimos investigando, podrían ayudar a los científicos a comprender mejor el origen y la evolución de los virus».
Palabras clave
VIROPLANT, bacterias, control biológico, fúngico, virus, enfermedad, antimicrobiano, ecosistemas
