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The Effects of Air Pollution and Physical Activity on Respiratory Health in Children in the Context of Urbanization

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Estudio exhaustivo de las repercusiones de la contaminación atmosférica sobre la salud infantil

La tecnología ponible permite medir posibles correlaciones entre la actividad física, la contaminación atmosférica y la salud respiratoria de los niños. Los resultados preliminares destacan la necesidad de adoptar medidas.

Alrededor del 99 % de la población mundial vive en zonas con unos niveles de contaminación atmosférica superiores a los límites de calidad del aire fijados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto conlleva unos riesgos considerables para la salud, especialmente para los más pequeños. «Los niños respiran más contaminación atmosférica por kilogramo de peso corporal», explica el coordinador del proyecto APPARHU, Mark Nieuwenhuijsen, profesor de investigación sobre Epidemiología Ambiental en el Instituto de Salud Global de Barcelona. «La infancia constituye un período vital para el desarrollo y el crecimiento del sistema respiratorio. Solo en Europa, alrededor de doscientos mil niños desarrollan asma infantil cada año a causa de la contaminación atmosférica asociada al tráfico».

Medición de la exposición a la contaminación

Las ventajas de la actividad física para la salud son indiscutibles. Sin embargo, no sabemos con certeza cómo puede afectar a la salud respiratoria realizar ejercicio en zonas con contaminación atmosférica. «Durante el ejercicio físico se inhala más aire», explica Nieuwenhuijsen. «Esto supone un incremento del volumen de polutantes que entran en las vías respiratorias, donde pueden provocar daños». El proyecto APPARHU, emprendido con el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie, se puso en marcha con el objetivo de desarrollar nuevas metodologías para abordar esta cuestión. Los datos se tomaron del estudio Human Early-Life Exposome (HELIX). Los análisis del proyecto abarcaron datos de un total de 1 301 parejas de madres y niños de Grecia, España, Francia, Lituania, Noruega y el Reino Unido. «Estudiamos modelos prenatales», añade Sarah Koch, beneficiaria de una beca Marie Skłodowska-Curie durante el proyecto. «Para ello valoramos cómo pueden afectar los niveles de actividad física y la exposición a la contaminación atmosférica de las mujeres embarazadas a la salud respiratoria de sus hijos en el período comprendido entre los seis y los doce años de edad». El proyecto también evaluó los niveles de actividad física y de exposición a la contaminación atmosférica de niños de dicho grupo etario. Se utilizaron pequeños sensores ponibles para medir tanto la actividad física como la exposición a la contaminación atmosférica.

Algoritmos más precisos

Aunque los análisis preliminares no indicaron que la actividad física ni la exposición a la contaminación atmosférica tuviesen un efecto significativo estadísticamente sobre la salud respiratoria de los niños, Koch destaca que se debe seguir analizando la información. «Estos datos corresponden a seis grupos diferentes», señala. «Debemos esclarecer los posibles efectos que hayan podido pasarse por alto al analizar los datos combinados». Otro hallazgo importante del proyecto es que los algoritmos utilizados para calcular las dosis de contaminación atmosférica inhaladas todavía no están afinados, en particular para los niños. «Debe mejorarse la tecnología ponible para evaluar la actividad física y deben desarrollarse algoritmos más precisos que tengan en cuenta la edad, el sexo, la forma física, el tamaño de los pulmones y los niveles de intensidad de la actividad física», comenta. «Los sensores de contaminación atmosférica ponibles están avanzando considerablemente y se están volviendo más ligeros y más sensibles al polvo y la humedad». De cara al futuro, Koch desea utilizar esos revolucionarios sensores ponibles para medir la contaminación atmosférica y la actividad física en un grupo más reducido de 150 participantes. En su opinión, esto permitiría el desarrollo de algoritmos más personalizados para calcular con mayor precisión las dosis inhaladas de contaminación atmosférica. Mientras tanto, el estudio ha vuelto a destacado el hecho de que los niveles de contaminación atmosférica en los seis países europeos superaban los recomendados por la OMS. Además, confirmó que los niveles de actividad física de los niños también eran inferiores a los recomendados. «Los urbanistas, los responsables sanitarios y los políticos deben seguir esforzándose por reducir la contaminación atmosférica, al tiempo que ofrecen a los niños más oportunidades de realizar ejercicio», continúa Koch. «Tenemos que reducir los niveles de contaminación atmosférica para que las generaciones futuras puedan crecer en un entorno saludable».

Palabras clave

APPARHU, contaminación, salud, niños, respiratorio, polutantes, aire

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