Unos sensores ponibles ayudan a aprender a niños con autismo y dificultades de aprendizaje
Los niños con autismo y dificultades de aprendizaje pueden tener problemas de comunicación, por lo que enseñarles puede constituir todo un reto. Una forma de evaluar el progreso del aprendizaje es medir su interacción social: el grado de conexión y coordinación de los niños con los adultos y entre sí. Sin embargo, supervisar la interacción social solo a través de la observación puede resultar difícil. «Por el momento, la única manera de supervisar el comportamiento de los niños en el aula es que un observador mire a los niños, ya sea en persona o en vídeo, y anote todo lo que hace el niño», explica Antonia Hamilton, catedrática de Neurociencia Social en el University College de Londres. «Este procedimiento es lento, caro e ineficaz», comenta la catedrática. Hamilton coordina el proyecto SocSensors, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, que ha desarrollado una nueva tecnología eficaz basada en sensores portátiles. «Si podemos construir sensores que puedan funcionar de forma automática, será posible recopilar una gran cantidad de datos sobre la interacción social de los niños con muy poco esfuerzo», agrega Hamilton. SocSensors se basó en INTERACT, un proyecto financiado con fondos europeos anterior en el que se investigó la coordinación e imitación del movimiento en adultos autistas y neurotípicos. El equipo de SocSensors lleva un paso más allá este trabajo mediante el seguimiento de los movimientos de los maestros y los niños en un entorno real. «Nos centramos en niños con autismo y dificultades de aprendizaje, ya que este grupo tiene habilidades lingüísticas limitadas y no puede decirnos las cosas, pero necesita apoyo adicional», señala Hamilton. «Además, estos niños están infrarrepresentados en la mayoría de los proyectos de investigación».
Seguimiento de la interacción social
El sistema de sensores ponibles se pone en la muñeca como un reloj, lo que significa que los investigadores pueden rastrear de forma fácil los movimientos de cada persona en relación con las demás. La supervisión es discreta y genera grandes cantidades de datos sincronizados. Al analizarlos, los investigadores pueden crear una imagen detallada de la interacción social. «Nos interesa registrar todo tipo de comportamiento social como, por ejemplo, saltar juntos, aplaudir al compás de una canción o pasar una pelota, o cualquier cosa que suponga la coordinación entre personas», explica Hamilton.
Los retos de la pandemia
La pandemia de COVID-19 afectó al desarrollo del proyecto SocSensors, ya que muchas escuelas de todo el Reino Unido estuvieron cerradas durante mucho tiempo varias veces. A pesar de este contratiempo, el equipo de SocSensors siguió adelante y, con una programación flexible, realizó varias pruebas con niños en las escuelas. «Hasta el momento, hemos recopilado una gran muestra de datos y hemos descubierto qué diseños de sensores y pulseras prefieren los niños. Como era de esperar, a cada niño le gustan cosas diferentes, y estos datos nos ayudarán a construir sensores mejores», señala Hamilton.
Investigación adicional sobre la interacción social
«Estoy orgullosa del equipo de investigación por hacer todo lo indecible en circunstancias muy difíciles», agrega Hamilton. «Me gustaría dar las gracias a las escuelas, los niños y los padres que han trabajado de cerca con nosotros durante el proyecto; su contribución y respaldo han sido muy valiosos». El equipo consiguió financiación adicional para avanzar con el proyecto y desarrollar aún más sus ideas. Los investigadores analizarán los datos para obtener la mejor medida posible de la interacción social. «También trabajamos con colaboradores de la industria local para desarrollar sensores que los niños disfrutarán usando», concluye Hamilton.
Palabras clave
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