Nuevas orientaciones para impulsar la innovación responsable
La ciencia y la innovación pioneras han aportado enormes beneficios a las sociedades. Los avances de vanguardia han contribuido a hacer frente a las enfermedades crónicas, a lograr una agricultura más sostenible y a comercializar distintos productos nuevos. Sin embargo, siempre existe cierta incertidumbre en torno a las tecnologías nuevas y emergentes. Cuando se enfrentan a posibles preocupaciones sobre los efectos en el medio ambiente o la salud, los responsables políticos ejercen lo que se denomina el «principio de precaución».
El principio de precaución
Consagrado en los Tratados de la Unión Europea(se abrirá en una nueva ventana), este principio pretende garantizar un nivel elevado de protección del medio ambiente y de la salud mediante la toma de decisiones preventivas, en caso de riesgo. Tal como explica la coordinadora del proyecto RECIPES(se abrirá en una nueva ventana), Kristel De Smedt, de la Universidad de Maastricht(se abrirá en una nueva ventana) (los Países Bajos): «El principio de precaución permite a los responsables de la toma de decisiones actuar cuando se enfrentan a riesgos inaceptables, a la incertidumbre científica y a las preocupaciones de la ciudadanía. En otras palabras, en caso de duda, hay que ser prudente». Una de las dificultades es que no existe un consenso claro sobre cómo debe aplicarse este principio en la práctica. Si bien el principio de precaución fomenta la adopción de medidas tempranas para minimizar los riesgos, los críticos creen que su aplicación excesiva puede obstaculizar la innovación tecnológica.
Innovación responsable
El equipo del proyecto RECIPES vincula el principio de precaución con el concepto de «innovación responsable» y ayuda a los responsables de la toma de decisiones a ejercer dicho principio de manera que proteja a los ciudadanos y fomente la labor científica. En primer lugar, el equipo evaluó la aplicación del principio de precaución en Europa desde el año 2000. Esto los ayudó a elaborar un marco conceptual que armoniza el principio de precaución con lo que denominan «innovación responsable». «Consideramos que la innovación tiene que ser “para” algo —añade De Smedt—. Debe utilizarse para ayudar a conseguir un desarrollo sostenible, por ejemplo». Después, el equipo aplicó este marco a una serie de estudios de casos. En estos estudios de caso se abordaron temas como el debate en torno a los organismos modificados genéticamente, los alteradores endocrinos y el uso de la inteligencia artificial en la asistencia sanitaria. Los estudios de caso constituyeron la base de las hipótesis para el futuro del principio de precaución y la innovación. Un resultado importante de los debates con diversas partes interesadas fue que la precaución no está reñida en lo fundamental con la innovación.
Orientaciones para los responsables políticos
Uno de los mensajes principales del proyecto RECIPES es que el principio de precaución da mejores resultados cuando se utiliza como salvaguardia y brújula. Como principio jurídico y salvaguardia, puede justificar la adopción de medidas políticas o normativas tempranas para gestionar riesgos inciertos y, de esa forma, garantizar la protección de los ciudadanos europeos. Y como brújula, o principio político que guía la innovación, puede desencadenar debates dentro de la investigación sobre las posibles repercusiones, lo que lleva a los ajustes necesarios en el desarrollo de opciones sostenibles. Esto es lo que el equipo del proyecto entiende por innovación responsable. El resultado principal del proyecto ha sido la elaboración de un documento de orientación(se abrirá en una nueva ventana) para los responsables políticos. Para ello, el equipo se basó en los estudios de casos realizados durante el proyecto, así como en seminarios con los responsables políticos y las partes interesadas, para tener en cuenta sus opiniones. El documento ofrece consejos para afrontar los riesgos inciertos según este principio de innovación responsable. Entre los grupos destinatarios se encuentran no solo los responsables políticos, sino también las agencias gubernamentales, las organizaciones de apoyo político y los organismos relacionados con la regulación del riesgo. El equipo de RECIPES también formuló recomendaciones(se abrirá en una nueva ventana) específicas para los sectores de los productos químicos y la tecnología genética, con el fin de explicar lo que significarían las orientaciones para estos dos sectores y cómo podría aplicarse la innovación responsable. Esto contribuirá a aumentar la comprensión del concepto en su interior y a impulsar la investigación de vanguardia.