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Active & intelligent PAckaging materials and display cases as a tool for preventive conservation of Cultural Heritage.

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Herramientas inteligentes para proteger nuestro patrimonio cultural

Un proyecto financiado con fondos europeos ha llevado la conservación del patrimonio cultural al siguiente nivel utilizando los últimos avances en ciencias químicas y de los materiales para garantizar el almacenaje de nuestro pasado más inteligente y seguro.

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La mayoría de la gente cree que, una vez que un artefacto del patrimonio cultural importante se expone o se guarda en un museo, está en buenas manos. Pero incluso dentro de cuatro paredes seguras y bajo la supervisión de los expertos, estos bienes están a merced de condiciones climáticas inestables, de la luz y de la contaminación. «Algunos materiales de embalaje modernos incluyen absorbedores de contaminantes, pero en su gran mayoría son soluciones a corto plazo que no pueden ofrecer la estabilidad a largo plazo (más de cincuenta años) que exige la conservación de los artículos del patrimonio cultural», explica Piero Baglioni, catedrático de Química Física en el Centro para la Ciencia Coloidal y de Superficies (CSGI, por sus siglas en inglés), de la Universidad de Florencia, experto en técnicas modernas para la conservación y restauración artística.

De conservación curativa a preventiva

El Comité para la Conservación del Consejo Internacional de Museos distingue entre tres tipos de conservación: conservación preventiva, conservación curativa y restauración. Mientras que las actividades de conservación preventiva tienen como objetivo evitar o minimizar futuros deterioros, la conservación curativa trata de detener los procesos dañinos en curso. Las acciones de restauración se llevan a cabo cuando un bien ha sido sometido ya a un deterioro grave. «Nos dimos cuenta de que los principios y conocimientos especializados que hemos reunido en el marco de los materiales y de la materia blanda para la conservación curativa podían transferirse fácilmente a la formulación de herramientas avanzadas para la conservación preventiva», comenta Baglioni, que coordinó el proyecto financiado con fondos europeos APACHE. El objetivo del proyecto consistía en crear soluciones de conservación preventiva prácticas, fáciles de usar y asequibles para pequeños y medianos museos, galerías, depósitos y bibliotecas. El equipo de APACHE se centró en dos aspectos de la conservación preventiva. El primero consistía en soluciones de vitrinas y embalajes activos con el objetivo general de crear un clima estable utilizando materiales que ejercen una influencia activa en los objetos embalados y que interactúan con ellos. El segundo foco eran herramientas inteligentes para embalajes y vitrinas. Por ejemplo, herramientas que aportan una función adicional al embalaje, como sensores que supervisan el estado del objeto embalado o su atmósfera circundante. «Nos sorprendió lo bien que funcionaban algunos materiales relativamente humildes a la hora de absorber contaminantes o regular la temperatura y la humedad relativa, todos ellos factores perjudiciales en la conservación preventiva de obras maestras y colecciones», comenta Baglioni.

Marcar la diferencia

En el marco del proyecto se obtuvieron varias patentes y marcas, y algunas de sus soluciones más prometedoras ya se están comercializando. Por ejemplo, en el CSGI se creó un nuevo absorbedor de contaminantes respetuoso con el medio ambiente. Con una base de aceite de ricino y nanopartículas inorgánicas, el absorbedor se distribuye ya en todo el mundo. Otro resultado del proyecto es un material sostenible de base biológica capaz de extraer un 400 % más de compuestos orgánicos volátiles (COV) y contaminantes del aire en comparación con los valores de referencia de la competencia. Esta innovación creada por la Universidad Chalmers la produce la empresa derivada basada en la investigación Absorbi. El socio de proyecto ZFB, una pyme de referencia en soluciones de conservación, en activo desde 1997, creó una caja de archivo inteligente. Según Baglioni, se espera la llegada a los mercados de nuevos productos en el plazo de uno a tres años, incluidas vitrinas y sensores multipista de COV que admiten los nuevos sistemas de filtrado y herramientas de detección. «Al final, hemos obtenido el mejor de los resultados imaginables —concluye Baglioni—. Las soluciones de conservación preventiva creadas en el marco de APACHE hacen posible la exposición, el transporte y la fruición seguros de un gran número de artefactos, lo que permite transferirlos a las generaciones futuras y fomentar el sector turístico».

Palabras clave

APACHE, conservación preventiva, artefacto, conservación curativa, vitrina, absorbedor de contaminantes, COV, embalaje activo, embalaje inteligente, compuestos orgánicos volátiles

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