La tecnología de cadena de bloques al servicio de la criminalística
En la actualidad, para la mayoría de los delitos, se recoge al menos una prueba digital que debe examinarse. Sin embargo, a diferencia de las pruebas físicas, las pruebas digitales son muy fáciles de manipular, lo que complica los procesos de investigación. Como resultado, las interacciones entre las diferentes entidades son mucho más complejas. Además, en la mayoría de los casos de ciberdelincuencia, los equipos de primera intervención no pertenecen a las fuerzas y cuerpos de seguridad (FCS). Lo anterior crea una mezcla muy heterogénea de entidades que abarcan desde el sector privado hasta las FCS y el sistema judicial en distintas jurisdicciones, en las que se siguen procesos diferentes. El equipo del proyecto LOCARD, financiado con fondos europeos, desarrolló una novedosa plataforma paramodelizar y gestionar estas interacciones de modo que puedan automatizarse y auditarse.
Un conjunto de herramientas modulares que apoyan la cooperación en la investigación de delitos
«Desarrollamos, probamos y validamos una plataforma de cadena de custodia (CdC) sobre una cadena de bloques permisionada para disponer de un medio común inmutable que permita hacer un seguimiento del progreso de una investigación, pero también para que colaboren entidades que no siempre confían unas en otras», explica Constantinos Patsakis, coordinador del proyecto. «Actualmente, la plataforma LOCARD es la única plataforma de CdC que puede proporcionar simultáneamente tal funcionalidad con tan altas garantías de seguridad». La plataforma cuenta con un módulo de colaboración masiva para recoger informes ciudadanos sobre infracciones seleccionadas, un rastreador para detectar y correlacionar comportamientos desviados en línea, y un conjunto de herramientas para investigadores que les ayudará a recoger pruebas en línea y fuera de línea. El almacenamiento inmutable y el sistema de gestión de identidades pretenden proteger la privacidad y regular el acceso a los datos de las pruebas mediante la autenticación «Fast Identity Online» (FIDO). Los usuarios pueden autenticarse utilizando autenticadores FIDO de «hardware», como lápices de seguridad USB/BT/NFC, o autenticadores de plataforma que aprovechan la tecnología del módulo de plataforma segura (TPM, por sus siglas en inglés). La tecnología de cadena de bloques garantiza que no se pueda manipular la información sobre las pruebas, lo que permite una interoperabilidad simultánea sin la interferencia de un tercero de confianza. La plataforma LOCARD tiene muchos beneficiarios diferentes, ya que pretende ser una plataforma de colaboración entre las FCS, el sector privado y el sistema judicial para proporcionar una plataforma única de CdC. En este sentido, se puede dar la situación de que un experto en criminalística digital o una empresa de ciberseguridad se encargue las pruebas que encontró durante la investigación. Las pruebas pueden utilizarse en un tribunal o enviarse a una FCS que, posteriormente, puede solicitar pruebas a otra FCS en el extranjero o pasarle el caso.
Los retos de construir una plataforma operativa integral
Dado que en LOCARD participan casi 20 organizaciones diferentes de toda Europa, la pandemia de COVID-19 provocó muchos contratiempos en términos de comunicación y ejecución. En cuanto a la parte de investigación y desarrollo del proyecto, el mayor reto ha sido homogeneizar las diversas políticas utilizadas por las distintas FCS. «Por supuesto, esperábamos muchas diferencias mientras redactábamos la propuesta; sin embargo, cuando estas diferencias no son solo teóricas y están sujetas al diferente marco jurídico de cada país, a las grandes diferencias relativas a qué se puede acceder, quién puede hacerlo, cuándo, cómo, de quién debe obtenerse el consentimiento, etc., el reto es significativamente mayor», explica Patsakis. Sin embargo, a pesar de los obstáculos, LOCARD consiguió salvaguardar la integridad y la transparencia del CdC transjurisdiccional. La aportación más reciente del proyecto es una respuesta colectiva a la consulta de la Comisión Europea sobre la propuesta de Ley de ciberresiliencia, elaborada junto con ocho proyectos de la Comisión.
Palabras clave
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