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Integrated Weed Management: PRActical Implementation and Solutions for Europe

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Una herramienta para ayudar a los agricultores a controlar las malas hierbas sin recurrir a los herbicidas

Los agricultores reconocen la necesidad de abandonar los herbicidas. Sin embargo, puede ser difícil identificar y aplicar alternativas sin productos químicos. El proyecto IWMPRAISE, financiado con fondos europeos, probó una serie de estrategias de gestión integrada de las malas hierbas y puso estas soluciones a disposición de las partes interesadas.

Alimentos y recursos naturales icon Alimentos y recursos naturales

La gestión de las malas hierbas es un elemento de suma importancia en la agricultura. El crecimiento de plantas no deseadas puede repercutir negativamente en el rendimiento de los cultivos, interferir con las prácticas de producción y contaminar el cultivo cosechado, lo que afecta de manera negativa al rendimiento. Aunque los agricultores han aplicado tradicionalmente herbicidas para controlar las malas hierbas, la excesiva dependencia de estas sustancias ha contribuido no solo a la contaminación de los suelos y el medio ambiente, sino también a la aparición de malas hierbas resistentes. Esta práctica ya no es sostenible. Es imprescindible que se introduzcan nuevas prácticas de desyerbado, que deben ser sostenibles, no solo por razones medioambientales sino también para garantizar la viabilidad económica de la agricultura en Europa. Uno de estos métodos agroecológicos es la gestión integrada de malas hierbas (GIM o IWM, por sus siglas en inglés), que se ha apoyado y creado a través del proyecto IWMPRAISE (Integrated Weed Management: PRActical Implementation and Solutions for Europe).

Identificación de sustitutos de herbicidas

Según explica el coordinador del proyecto IWMPRAISE, Per Kudsk, de la Universidad de Aarhus, Dinamarca: «La clave de la GIM es que utiliza múltiples tácticas de control. La idea es aplicar una serie de métodos, con el fin de dar a los productores la mejor oportunidad de controlar las malas hierbas problemáticas sin recurrir a los herbicidas». Algunas de estas estrategias podrían ser preventivas, como el retraso de la siembra, la gestión de los márgenes del campo, el acolchado muerto y los cultivos de cobertura. Otras estrategias diseñadas para reducir los efectos negativos de las malas hierbas en los cultivos son los cultivos competitivos, el control mecánico de las malas hierbas y la concentración en la colocación de los nutrientes. Sin embargo, un problema es que ninguna herramienta o estrategia es tan eficaz por sí sola como los herbicidas. La solución es encontrar formas de combinar diferentes métodos a lo largo de la temporada de cultivo, con el fin de proporcionar un efecto comparable sin necesidad de productos químicos.

Ensayo de estrategias viables contra las malas hierbas

El objetivo principal de IWMPRAISE era ayudar a las comunidades agrícolas a identificar soluciones prácticas de GIM adaptadas a sus contextos específicos. A este fin, el equipo del proyecto colaboró estrechamente con agricultores, sus asesores y pymes para encontrar soluciones aceptables para ellos. Kudsk cuenta: «Empezamos por sentarnos con los agricultores y los asesores para conocer mejor su forma de pensar en lo que respecta a la GIM. También examinamos la viabilidad económica de la GIM, así como los efectos a largo plazo sobre cuestiones como la biodiversidad». En cada uno de los ocho países participantes se formaron agrupaciones nacionales que reunieron a agricultores, proveedores y expertos agrícolas para poner a prueba diversas estrategias durante un período de tres años. «Probamos estrategias como retrasar la siembra de determinadas especies vegetales de cultivo —señala Kudsk—. Esto redujo la germinación de las malas hierbas y facilitó su eliminación antes de sembrar las semillas para los cultivos». En cuanto al control de las malas hierbas, también se probaron métodos mecánicos como alternativa a los herbicidas. «Todo esto significa que, aunque ninguna solución es totalmente eficaz por sí sola, juntas pueden reducir de manera considerable la proliferación de las malas hierbas», afirma.

Incentivos para que los agricultores adopten la GIM

A partir de este trabajo, el equipo del proyecto pudo crear una herramienta de GIM en línea, ahora disponible con acceso gratuito. Los usuarios pueden conectarse, seleccionar el grupo de especies vegetales que cultivan y encontrar una representación visual de las posibles alternativas a los herbicidas. Kudsk explica: «La herramienta ofrece una visión general de las alternativas para hacer desaparecer las malas hierbas en distintas etapas. Se utilizan diferentes colores para indicar la etapa del ciclo vital a la que se dirige». El verde, por ejemplo, indica soluciones para evitar el establecimiento de las malas hierbas; el gris, soluciones para reducir su impacto en los cultivos; y el naranja, formas de reducir las semillas de malas hierbas. Kudsk declara: «Nuestra esperanza es que esta herramienta anime a los agricultores a adoptar la GIM. Esto es realmente importante, ya que la pulverización de herbicidas año tras año incrementa el riesgo de resistencia a los herbicidas. Además, no hay nuevos herbicidas en el mercado y la legislación de la Unión Europea conlleva la desaparición de muchos productos existentes. Por ese motivo, se necesitan nuevas estrategias de gestión de malas hierbas». El proyecto también ha desarrollado sitios web para cada país asociado en el idioma nacional, con el fin de llegar al mayor número posible de agricultores. Cada sitio web contiene los resultados de los ensayos de campo, fichas de inspiración e inventarios de insumos no químicos.

Palabras clave

IWMPRAISE, agroecológico, herbicidas, producto químico, mala hierba, GIM, biodiversidad, cultivos, nutriente, herramienta

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