La ciencia ciudadana «extrema» involucra a comunidades remotas
En la ciencia ciudadana suelen participar ciudadanos con formación y conocimientos tecnológicos para llevar a cabo tareas definidas. Aunque resulta valiosa para la alfabetización científica y la obtención de información que, de otro modo, sería difícil conseguir, puede excluir a algunas comunidades. El equipo del proyecto ECSAnVis, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, recurrió a la «ciencia ciudadana extrema», un enfoque más ascendente e integrador, que es sensible al contexto local. «Colaboramos con personas con una alfabetización limitada, en temas que les preocupan, haciéndoles partícipes de todas las etapas, desde el diseño del proyecto hasta el uso de los resultados», explica Muki Haklay, coordinador del proyecto. ECSAnVis estableció una metodología para trabajar con grupos indígenas que se puso a prueba en diferentes contextos culturales, mediante la creación un «software» de recogida de datos a medida, así como un prototipo de una herramienta de visualización. «Demostramos que, con el apoyo adecuado, cualquier comunidad, independientemente de su nivel de alfabetización, puede participar en la producción de conocimientos científicos», añade Haklay del University College de Londres, entidad anfitriona del proyecto. Además de publicar un libro de libre acceso, que se ha descargado miles de veces en todo el mundo, el proyecto prestó apoyo a veinticinco investigadores noveles.
Codiseño de la aportación de la ciencia ciudadana en el ámbito de la biodiversidad
Una vez obtenido el consentimiento libre e informado de una comunidad local, se acordó un protocolo comunitario sobre la forma de proceder. A continuación, se codiseñaron los pictogramas e iconos que utilizaría la aplicación de recogida de datos de código abierto del proyecto, Sapelli. Sapelli puede recopilar datos en zonas sin conectividad y, cuando la conectividad está disponible, los transmite a un sistema de información geográfica, GeoKey, también creado por el proyecto. Este flujo permite al equipo almacenar, gestionar, analizar y presentar los datos, así como manipularlos para actividades como la previsión, o adaptarlos para públicos específicos, como los grupos indígenas. «Aparte de su uso real para abordar problemas de interés local, quizá la fase más importante sea mostrar a los miembros de la comunidad los datos recopilados, utilizando nuestro prototipo de visualización, el Sapelli Viewer», explica Haklay.
Comunicación intercultural para recoger datos
El equipo estableció veinte estudios de casos en todo el mundo. Por ejemplo, trabajaron con los julʼhoan semialfabetizados de Namibia. El área de conservación de Nyae Nyae limita con cinco países y posee una gran riqueza de fauna y flora protegidas. Como custodios, los julʼhoan utilizaron Sapelli como apoyo para sus actividades de gestión de recursos naturales, como la vigilancia de los movimientos de animales, la caza furtiva y el pastoreo ilegal. En los humedales del Pantanal de Brasil, de enorme biodiversidad, las comunidades locales utilizaron Sapelli para recoger datos sobre sus prácticas pesqueras y el entorno local. Dichos datos demostraron que sus prácticas tradicionales eran sostenibles y, por tanto, debían ser protegidas por las políticas locales de conservación. «Cuando se combinan con los procesos sociales adecuados, las nuevas tecnologías pueden ayudar a las personas a comunicarse más allá de las barreras lingüísticas y culturales. Esto ayuda a los participantes a recoger datos que pueden contribuir a una toma de decisiones basada en pruebas. Estas herramientas pueden hacer oír las voces de los marginados y ofrecer a los investigadores la ventaja de disponer de distintas perspectivas», señala.
Apoyo a custodios clave
Gracias al apoyo a la ciencia ciudadana por parte de la Unión Europea, el equipo de ECSAnVis ha demostrado que se pueden incluir a las poblaciones locales de cualquier comunidad, por remota que sea. «Nuestro proceso puede ayudar a hacer el seguimiento de los recursos y respalda una toma de decisiones más colaborativa, algo crucial porque muchas de estas comunidades viven en zonas de rica biodiversidad que necesitan protección ambiental», afirma Haklay. El «software» está disponible como recurso de código abierto, junto con material de formación útil para otros investigadores. En la actualidad, el equipo busca opciones de financiación para crear un paquete de herramientas como producto sin ánimo de lucro. Entretanto, está planeando estudios de casos adicionales para dar continuidad y adaptar su metodología a otros contextos. «También estamos estudiando cómo los avances en aprendizaje automático y ciencia de datos podrían mejorar las aplicaciones, así como el modo en que esta información podría influir más directamente en la elaboración de políticas», concluye Haklay.
Palabras clave
ECSAnVis, ciencia ciudadana, datos, visualización, comunidades locales, remota, grupos indígenas, sistema de información geográfica, semialfabetizados, Namibia, Brasil