Nuevas herramientas para abordar el desafío de la escasez de agua en la agricultura
Una de las muchas consecuencias del cambio climático es el aumento de las sequías extremas. Según el National Integrated Drought Information System (el sistema nacional integrado de información sobre sequías de los Estados Unidos), las sequías pueden agotar la disponibilidad de agua en los suelos y provocar así «disminuciones significativas en la productividad agrícola y ganadera». Esta disminución de la productividad, exacerbada por la degradación del suelo, podría significar tener menos alimentos para la creciente población mundial. A fin de evitar una crisis alimentaria mundial, la sociedad debe encontrar una forma de mantener, e incluso aumentar, el rendimiento de los cultivos y la calidad de los alimentos utilizando menos agua, y todo ello sin perder suelo ni degradarlo. «La producción de alimentos debe seguir aumentando a precios asequibles, pero también debemos lograr este aumento de manera sostenible», afirma José Alfonso Gómez, investigador en el Instituto de Agricultura Sostenible (IAS). Para lograr este equilibrio, Gómez, que cuenta con el apoyo del proyecto SHui, cofinanciado por la UE y China, está dirigiendo una iniciativa internacional que busca desarrollar estrategias viables para optimizar el uso de los recursos hídricos y edáficos en distintos sistemas agrícolas. «El proyecto reúne a científicos de renombre de Europa y China», explica Gómez. «Unidos, ofrecemos un conjunto de conocimientos, tecnologías y herramientas que permitirá a las personas y las partes interesadas tomar decisiones informadas sobre la gestión de la escasez de agua en varios sistemas de cultivo».
Un conjunto de soluciones prácticas
Aunque publicar sesenta y seis artículos científicos y numerosos documentos de políticas ya es impresionante, el resultado más emblemático del proyecto es su conjunto de soluciones prácticas. «Cada una de nuestras herramientas tiene como objetivo ayudar al usuario a utilizar lo mejor posible el agua disponible para la agricultura y, al mismo tiempo, proteger el suelo», señala Gómez. Una de esas herramientas es un catálogo de mejores prácticas para el uso optimizado del suelo y el agua en la agricultura. «Disponible en inglés, español y chino, esta guía es tanto para legos en la materia como para agricultores o técnicos», añade Gómez. «Proporciona soluciones prácticas y estandarizadas para lograr un equilibrio sostenible entre la salud del suelo y el uso del agua». También hay disponible una aplicación para Android. Otra gran herramienta del conjunto de SHui es AquaCrop, el modelo de crecimiento de cultivos diseñado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura a fin de abordar la seguridad alimentaria. «AquaCrop simula cómo responde el rendimiento de cultivos herbáceos al agua», aclara Gómez. «Resulta particularmente adecuado para abordar condiciones en las que el agua es un factor limitante clave para la producción de cultivos». SHui contribuyó al desarrollo de la aplicación, incluida la creación de un código de dominio público. Hay disponibles herramientas adicionales para zonificar una granja destinada a la agricultura de precisión y para calcular la cantidad de agua necesaria para los cultivos silvícolas en condiciones de sequía.
Ofrecer herramientas, formación y cooperación internacional
El proyecto SHui también organizó diversas formaciones, muchas de las cuales se llevaron a cabo en línea y siguen disponibles a través del sitio web del proyecto. Estos cursos de formación han demostrado ser especialmente beneficiosos para la cohorte de jóvenes científicos e investigadores noveles de Europa y China que trabajaron con el proyecto como parte de sus programas de doctorado. «No solo ofrecimos herramientas y formación, sino también cooperación internacional», concluye Gómez. «Este proyecto es un estudio de caso sobre los beneficios de la investigación colaborativa entre Europa y China y lo que podemos lograr cuando trabajamos de manera transfronteriza». Esta cooperación establecida durante el proyecto SHui ahora continúa a través del proyecto TUdi, financiado con fondos de la UE y China.
Palabras clave
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