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CHAlleNging Gender (In)Equality in science and research

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Cambiar las desigualdades por razón de género en el mundo académico y de la investigación mediante la colaboración

A través de la creación conjunta de conocimientos, de expertos en cuestiones de género y de la instauración de comunidades de prácticas, los investigadores lograron el cambio que querían ver en el mundo académico y de la investigación.

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Aunque se sigue avanzando, la investigación científica y el mundo académico siguen adoleciendo de desigualdades por razón de género, estereotipos y discriminación. En consecuencia, las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en este ámbito, sobre todo en puestos directivos. Sin embargo, eso no significa que las cosas no puedan cambiar. De hecho, dicho cambio es exactamente lo que pretenden los planes de igualdad de género (PIG). Las instituciones académicas y los organismos de investigación utilizan los PIG para lograr la igualdad de género. El problema es que, muy a menudo, su enfoque es erróneo. «Como se suele decir, el camino al infierno está plagado de buenas intenciones», afirma Anita Thaler, investigadora del Centro de Investigación Interdisciplinaria sobre Tecnología, Trabajo y Cultura. «Aunque sus intenciones sean buenas, existen demasiados organismos de investigación que parecen empeñados en corregir a las mujeres en vez de corregir el sistema». Con el apoyo del proyecto CHANGE, financiado con fondos europeos, Thaler y su homóloga Sandra Karner lideraron una iniciativa para utilizar mejor los PIG como instrumento destinado a facilitar el cambio en los organismos de investigación.

Presentación de los «CHANGErs»

Uno de los principales ámbitos de interés del proyecto era la brecha entre el conocimiento y la acción, la cual impide que el conocimiento académico y los resultados de la investigación se valoren plenamente y, por tanto, se actúe en consecuencia. Para abordar este desafío, el equipo del proyecto reunió a partes interesadas pertinentes, incluidas las de organizaciones dedicadas a la investigación y a su financiación, así como a responsables de la toma de decisiones. «Los socios que participaron en el proyecto se convirtieron en expertos en cuestiones de género, denominados “CHANGErs”», explica Karner. Por así decirlo, esos expertos eran las «personas sobre el terreno» del proyecto. «Nuestros expertos compartieron sus conocimientos y experiencia en igualdad de género no solo dentro de sus propias organizaciones, sino también en sus comunidades, regiones y países», añade Thaler. Este grupo heterogéneo de partes interesadas produjo conjuntamente conocimientos prácticos y pertinentes sobre la igualdad de género, incluida la publicación de acceso abierto «Customised CHANGE: Co-Producing Gender Equality Knowledge in Science and Research». En total, cuarenta y dos personas contribuyeron a la publicación con sus conocimientos sobre género y sus experiencias en materia de PIG. «Dicha publicación demuestra que nuestra estrategia de coproducir conocimientos con las partes interesadas ha sido un éxito», señala Karner.

Los cambios a largo plazo empiezan con colaboraciones

La segunda cuestión que abordó el proyecto fue el conflicto entre los conocimientos procedentes de diversos ámbitos de la práctica y las teorías de género. «Dentro de los procesos y las organizaciones, esos conflictos actúan como catalizadores de la resistencia al cambio», afirma Thaler. «Sabíamos que, cuando encontrábamos resistencia, nos hallábamos en momentos importantes para lograr un cambio hacia la igualdad real en las organizaciones», añade Karner. El proyecto abordó este desafío implicando desde el principio a los encargados de las transferencias, representados por directivos de alto nivel y responsables de igualdad de género de la organización. Este paso aparentemente sencillo ayudó a superar resistencias que a veces estaban muy arraigadas. «Se trata de una prueba más de que la colaboración y la creación conjunta son fundamentales para aplicar cambios sostenibles a largo plazo», afirma Karner. «Además, también invitamos a asesores con experiencia en género, políticas científicas y gestión de la enseñanza superior, así como a compañeros de proyectos afines, para que nos dieran su opinión, nos aconsejaran y nos orientaran hacia nuevas direcciones», señala Thaler.

Dónde se está produciendo el cambio real

Al final, el proyecto logró el cambio que pretendía en el mundo académico y de la investigación. Crearon conocimientos conjuntos y personalizados, establecieron equipos de expertos en cuestiones de género y construyeron comunidades sostenibles dentro de las organizaciones. «La aplicación de los PIG es solo la parte visible de lo que hemos conseguido. Los cambios en la manera de pensar, los conocimientos creados de forma conjunta y las comunidades de prácticas que ayudamos a desarrollar: ahí es donde se produce el cambio real», concluye Thaler.

Palabras clave

CHANGE, organismos de investigación, desigualdades por razón de género, mundo académico, investigación, discriminación, planes de igualdad de género, igualdad de género

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