Trazar el camino hacia una cadena de suministro de la moda ambiental y socialmente justa
La sostenibilidad ambiental es una prioridad absoluta en Europa que abarca todos los sectores de la actividad humana, incluida la industria de la moda. Sin embargo, el término «sostenibilidad ambiental» se extiende también al elemento social: no puede concebirse al margen de las condiciones laborales y su impacto en los trabajadores. El proyecto FReSCH, financiado con fondos europeos, se desarrolló como una iniciativa de investigación-acción sobre la acción climática y la justicia social en las cadenas de suministro de la moda. El objetivo de los investigadores es examinar las tensiones contradictorias entre las prácticas de sostenibilidad económica, ambiental y social. «Nos enfrentamos a crisis sociales, económicas y ambientales entrelazadas que suceden de manera simultánea», explica la investigadora principal del proyecto, Donna Marshall. «El propósito del proyecto FReSCH es aprovechar el conocimiento científico para crear diálogos sociales inclusivos, fomentar conversaciones sistémicas e impulsar un cambio radical en la industria de la moda. La transformación se basará en pruebas con datos de la vida real y experiencias vividas», añade Hakan Karaosman, investigador del proyecto.
Acción e investigación con pymes y trabajadores del sector de la moda
En FReSCH se utilizó una metodología novedosa conocida como investigación-acción multinivel simultánea. Se adoptaron métodos tanto descendentes como ascendentes y se estudió cómo afectaban a los proveedores y sus trabajadores las exigencias de costes y operativas de las organizaciones de marca, así como sus exigencias ambientales y sociales. En la muestra de investigación-acción de FReSCH participaron un gigante de la moda y seis proveedores de primer nivel que producían prendas de vestir confeccionadas con tejidos y de punto. Todos ellos fueron elegidos utilizando una combinación de técnicas de réplica teórica (diferentes entre sí) y literal (similares entre sí) para garantizar la diversidad y la generalización respecto a la teoría. Los investigadores colaboraron con estos fabricantes, situados en las principales regiones productoras de Turquía, y tuvieron acceso a sus directivos y trabajadores durante un largo período. En consecuencia, el equipo de investigación contrató a trece proveedores de nivel inferior: productores de tejidos, fabricantes de hilo y diversos proveedores de servicios, como estampación, bordado y teñido, todos ellos vinculados a proveedores de primer nivel. La investigación demuestra que, cuando los proveedores perciben la forma en que las marcas aprovechan su poder estructural, se genera resentimiento. En respuesta, algunos proveedores desarrollan sus propias marcas o se asocian con marcas que ven que el verdadero valor de la colaboración en la cadena de suministro consiste en impulsar la prosperidad para todos. «Las interacciones entre marcas y proveedores deben ser honestas y transparentes. Deben basarse en la confianza, la colaboración, la equidad y la empatía, en lugar de ser simplemente transaccionales», señala Karaosman. Además, el estudio destaca que determinadas prácticas de las marcas repercuten de manera negativa en los trabajadores de sus cadenas de suministro. Entre estas prácticas se encuentran la sobreproducción, la hegemonía de la marca, las relaciones de independencia, el desapego emocional por parte de las marcas, la gobernanza descendente, las herramientas estandarizadas de calificación del rendimiento, el conocimiento limitado por parte de los auditores y las marcas, los problemas de datos, las relaciones centradas en el cumplimiento y las peticiones y demandas que dan lugar a conflictos.
Soluciones holísticas para la transformación del sistema de la moda
«Las cadenas de suministro de la moda se caracterizan por tener unas relaciones de poder desequilibradas. La industria de la moda no puede lograr una transición justa sin integrar a las personas que trabajan dentro de todos los eslabones de la cadena de suministro en los procesos de toma de decisiones y los diálogos sociales. Los directivos y trabajadores de las organizaciones proveedoras tienen grandes ideas sobre qué, cómo y quién debe llevar a cabo el cambio radical, por lo que se los debe escuchar», señala Karaosman. Además de haber realizado varios artículos académicos y contribuciones a los medios de comunicación, el equipo de FReSCH ha participado en la elaboración de políticas. A nivel de la Unión Europea (UE), el equipo del proyecto contribuyó a una consulta pública sobre la estrategia de la UE para los productos textiles sostenibles. El equipo de FReSCH también presentó a la Comisión Europea una declaración sobre el desarrollo de su misión en cuanto a una transición justa, equitativa e integradora hacia una Europa circular y de bajo impacto ambiental. En la actualidad, el proyecto contribuye al movimiento #ReFashionNow.
Palabras clave
FReSCH, industria de la moda, cadena de suministro de la moda, sostenibilidad ambiental, sostenibilidad social, moda sostenible, economía circular
