¿Qué rostro es real?
¿Recuerda cómo se sintió cuando le costó distinguir entre un rostro creado por la IA y una foto de un ser humano real? Intente detectar los rostros falsos aquí. Como el «hardware» y el «software» utilizados para generarlos seguirán mejorando, la IA sólo conseguirá engañarnos cada vez mejor. Según una investigación publicada en la revista «Psychological Science», los rostros blancos generados por la IA parecen ahora más reales que los rostros humanos. Sin embargo, los resultados no fueron los mismos para las imágenes de la IA de gente de color, posiblemente porque los algoritmos de la IA se entrenan en su mayoría con rostros blancos. Básicamente, son los caucásicos los que no pueden distinguir entre los rostros blancos reales y los generados por la IA.
Afrontar los hechos
Un equipo de investigadores de universidades de Australia, Canadá y el Reino Unido realizó dos experimentos para evaluar la capacidad de las personas para identificar los contenidos creados por la IA. En uno de los experimentos, se pidió a ciento veinticuatro voluntarios que juzgaran si una cara era real o generada por la IA. Los resultados mostraron que el 66 % de las imágenes de la IA fueron calificadas como humanas, frente al 5 % de las reales. «Si los rostros blancos de la IA se perciben sistemáticamente como más realistas, esta tecnología podría tener graves consecuencias para las personas de color, ya que, en última instancia, reforzaría los prejuicios raciales en la Internet», explicó la autora principal, doctora Amy Dawel, en un comunicado de prensa de la Universidad Nacional de Australia (ANU, por sus siglas en inglés). «Este problema ya es evidente en las tecnologías actuales de IA que se utilizan para crear retratos de aspecto profesional. Cuando se usa para personas de color, la IA altera su color de piel y ojos a los de las personas blancas».
Hora de dar la cara
Uno de los principales problemas es que no solemos darnos cuenta de que nos están engañando. «Preocupantemente, las personas que pensaban que los rostros de la IA eran reales con más frecuencia eran, paradójicamente, las más seguras de que sus juicios eran correctos», añadió la coautora Elizabeth Miller, doctoranda en la ANU. «Esto significa que las personas que confunden a los impostores de la IA con personas reales no saben que están siendo engañadas». Esto podría acarrear graves consecuencias si no se toman medidas. «La tecnología de la IA no puede dividirse en secciones de modo que sólo las empresas tecnológicas sepan lo que ocurre entre bastidores», añadió Dawel. «Se necesita una mayor transparencia en torno a la IA para que los investigadores y la sociedad civil puedan identificar los problemas antes de que se agudicen». Ella insiste en la necesidad de concienciar a la población para mitigar los riesgos. «Dado que los humanos ya no pueden detectar los rostros de la IA, la sociedad necesita herramientas que puedan identificar con precisión a sus impostores. Educar a la gente sobre el realismo percibido de los rostros de la IA podría ayudar a que el público se muestre adecuadamente escéptico sobre las imágenes que ve en la Internet». «A medida que el mundo cambia a gran velocidad con la introducción de la inteligencia artificial, es fundamental que nos aseguremos de que nadie se quede atrás o en desventaja en ninguna situación, ya sea por motivos de etnia, género, edad o por cualquier otra característica protegida», declaró a «The Guardian» la coautora, doctora Clare Sutherland, de la Universidad de Aberdeen.
Palabras clave
AI, rostro, humano, imagen, blanco, real, falso