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NEW TRENDS IN ENERGY DEMAND MODELING

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Anticipar el efecto de las tendencias sociales en la demanda energética

Desde la economía colaborativa hasta el trabajo desde casa, las tendencias sociales están redefiniendo el uso de la energía. Los modelos energéticos mejorados del proyecto NEWTRENDS, financiado con fondos europeos, permiten a los responsables políticos reaccionar ante las futuras necesidades energéticas de Europa.

Energía icon Energía

Las tendencias avanzadas por la digitalización, como las economías circulares, la integración de las energías renovables, los vehículos eléctricos e incluso la conducción autónoma podrían, en teoría, reducir a gran escala la demanda energética y las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero estos efectos positivos distan mucho de ser seguros. «No es por defecto que la digitalización nos llevará a alcanzar los objetivos climáticos», explica Heike Brugger, directora de la División de Política Energética del Instituto Fraunhofer de Investigación en Sistemas e Innovación de Alemania y coordinadora del proyecto NEWTRENDS. «Potencialmente podría ir en ambas direcciones: tenemos muchos factores de aumento de la demanda energética gracias a la digitalización y, por supuesto, beneficios que pueden ayudarnos a alcanzar la neutralidad climática», añade. En el proyecto NEWTRENDS, Brugger y sus colegas identificaron cómo las tendencias sociales pueden afectar a la demanda energética en el futuro. El equipo del proyecto combinó métodos analíticos de prospectiva con modelos cuantitativos para desarrollar nuevos modelos energéticos que ofrezcan una visión precisa de la futura demanda de energía en Europa, con el fin de contribuir a mejorar el diseño de las políticas y la eficacia energética. Brugger expresa: «Los avances tecnológicos son bastante rápidos, así que tenemos que asegurarnos de que los responsables políticos siguen el ritmo».

Búsqueda de tendencias

En primer lugar, el equipo del proyecto examinó las publicaciones de investigación prospectiva para identificar las tendencias futuras que podrían afectar a la demanda energética. Elaboraron una lista de más de doscientos cuarenta factores, teniendo en cuenta las repercusiones intersectoriales de estas nuevas tendencias en la futura demanda energética. Mediante una serie de entrevistas con los responsables políticos de la Unión Europea (UE), talleres con las partes interesadas y análisis de datos masivos (por ejemplo, de los contadores inteligentes), pudieron determinar el papel de las políticas a la hora de responder a estas tendencias y ver cómo podría mejorarse el diseño de dichas políticas. Uno de los principales componentes del proyecto era mejorar los modelos de demanda energética, identificando las lagunas en las tendencias y las necesidades políticas, colmando esas lagunas en los modelos y calculando cómo podrían afectar las políticas nuevas a la demanda energética global. El equipo se centró en cuatro estudios exhaustivos de la sociedad: la economía circular, la digitalización de la economía y la vida privada (como la creciente prevalencia del trabajo desde casa), la transición en curso de consumidores a «prosumidores» (donde los individuos consumen, producen y almacenan energía mientras gestionan su propia demanda energética) y el auge de la economía colaborativa.

Destacar la importancia de las políticas futuras

En general, en el proyecto se identificaron tanto oportunidades como retos para la elaboración de políticas desencadenados por estas nuevas tendencias sociales. Por ejemplo, en los modelos se ha mostrado que la economía circular podría reducir la demanda de acero y cemento en un 38 % y un 26 % para 2050, respectivamente. Sin embargo, la combinación actual de políticas resulta insuficiente para obtener estos beneficios. Para avanzar hacia una economía compartida del transporte, también se necesitan instrumentos políticos nuevos y mejorados, como un impuesto eficaz sobre el carbono, normas más estrictas sobre las emisiones de CO2 y más infraestructuras de combustibles alternativos. También es necesaria una mayor coordinación política para gestionar las «interrelaciones» entre tendencias, por ejemplo entre la ubicación de los centros de procesamiento de datos y la disponibilidad de los recursos hídricos. «Ninguna de las tendencias tiene por defecto un efecto positivo o negativo muy claro sobre la futura demanda de energía», señala Brugger. «La elaboración y el diseño de las políticas son decisivos para determinar cómo se desarrollarán los efectos de las tendencias y, por tanto, sus efectos sobre la futura demanda energética y la posibilidad de alcanzar nuestros objetivos climáticos».

Palabras clave

NEWTRENDS, energía, sociedad, tendencias, tecnología, conducción autónoma, política, modelos de demanda energética

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