Genética y alimentación selectiva para mejorar el rendimiento de las piscifactorías
El marisco es una opción alimentaria saludable. En la UE, consumimos de media 24 kg (peso vivo) de pescado o marisco al año. Llevamos siglos comiendo cada vez más marisco. Se prevé que el consumo mundial de pescado en 2030 sea un 18 % superior al de 2018 y que la acuicultura sea el principal contribuyente. Sin embargo, la piscicultura no se limita a la seguridad alimentaria: el sector también tiene un importante impacto económico. Según Eurostat, se estima que en 2021 se cultivaron 1,1 millones de toneladas de organismos acuáticos en la UE, valoradas en 4 200 millones de euros. Alrededor de 57 000 personas deben su empleo a la industria: trabajan para aproximadamente 14 000 empresas. En 2021, solamente en Noruega se produjo pescado de piscifactoría por valor de 7 900 millones de euros. Así que hay mucho en juego a la hora de resolver algunos de los retos a los que se enfrenta el sector, y ahí es donde entra en acción el equipo del proyecto AquaIMPACT, respaldado con fondos europeos. «Uno de los objetivos fundamentales tanto de la cría de peces como del desarrollo de piensos es mejorar la eficiencia de los recursos reduciendo la mortalidad, controlando la calidad de los peces y mejorando su salud y bienestar», explica Antti Kause, coordinador del proyecto en el Instituto de Recursos Naturales de Finlandia. «Tiene sentido desarrollar piensos novedosos que se adapten a las necesidades nutricionales de los peces criados de manera selectiva, a fin de alcanzar los objetivos comunes con mayor eficacia. Nunca se había hecho antes en peces de piscifactoría», añade. El equipo de AquaIMPACT se centró en las cuatro principales especies de peces de piscifactoría con mayor volumen de producción y valor en la UE: el salmón atlántico, la trucha arco iris, la dorada y la lubina europea. Estas especies representan conjuntamente el 75 % del volumen y el 89 % del valor de la producción total de pescado de piscifactoría de la UE.
Reducción del impacto ambiental mediante programas de mejora genética en peces
«Los programas de mejora genética», explica Kause, «modifican rasgos de los peces, como los índices de transformación de alimentos (FCR, por sus siglas en inglés) y la capacidad de absorber y retener proteínas y lípidos». El equipo de AquaIMPACT demostró que cuando estos rasgos cambian lo suficiente debido a la cría a largo plazo, las necesidades nutricionales de los peces también cambian. Una mejora del 1 % del índice FCR en las cuatro especies de la UE equivale a 30 000 toneladas menos de pienso necesarias para producir el mismo número de peces. Para los piscicultores, esto supone una reducción de 36 a 45 millones de euros en los costes de alimentación (suponiendo un precio de 1,20-1,50 euros/kg para los piensos). El uso reducido de piensos por kilogramo de pescado producido supone una reducción de unas 200 toneladas de carga de fósforo (P) y 900 toneladas de nitrógeno (N) en el agua, y una menor presión por el uso de materia prima original. Los programas de mejora genética orientados a la resistencia a las enfermedades dan como resultado peces más sanos. Un pequeño aumento de la supervivencia debido a una mayor resistencia a las enfermedades, de tan sólo un 1 %, equivale a una disminución anual de la mortalidad de aproximadamente 50 millones de peces en la UE. Esto significa también una mejora importante de la salud y el bienestar de los peces y una reducción de la necesidad de utilizar medicamentos.
El genotipado de peces para la cría selectiva, más rentable
El genotipado es una parte fundamental de la cría selectiva. «En un programa de mejora genética, el nivel de superioridad genética de miles de peces individuales se determina utilizando dos fuentes de información. La primera son los registros de rasgos que evalúan el crecimiento, la resistencia, el porcentaje de filete, el porcentaje de lípidos y la resistencia a las enfermedades. La segunda es el perfil de ADN de los individuos que se cuantifica mediante genotipado», explica Kause. Hasta ahora, el genotipado era muy costoso. Sin embargo, el equipo del proyecto ha demostrado que los análisis comerciales de marcadores de ADN disponibles en la actualidad suelen ser innecesariamente detallados y, por tanto, demasiado caros para los piscicultores. En el proyecto se demostró que los costes pueden reducirse con un número menor de marcadores de ADN. Esta transición a los análisis de ADN de menor coste ya se ha producido, y las empresas de genotipado ya ofrecen estos servicios, lo cual hace que la herramienta sea más accesible.
Exploración del modelo genético-nutricional para piscicultores
El equipo de AquaIMPACT demostró que la microbiota intestinal de los peces de piscifactoría se ve probablemente afectada por la alimentación, los probióticos y los antecedentes genéticos de los peces. En el proyecto se desarrollaron fórmulas alimentarias que calculan cómo cambiarán las necesidades nutricionales de un pez como resultado de las eficiencias conseguidas mediante la cría selectiva. Normalmente, cuanta más eficacia demuestre el pez en el consumo de alimento, más rico en nutrientes deberá ser dicho alimento. Por ejemplo, si se mejora el FCR mediante selección y los demás rasgos no se modifican, el pienso debe contener más fósforo para favorecer un crecimiento sano. Desde un punto de vista medioambiental, los piensos para peces se desarrollan con el objetivo de que contengan menos fósforo, a fin de minimizar la carga de nutrientes en el medio ambiente. «Se trata de un buen ejemplo de la lógica del modelo genético-nutricional. La solución común tanto para los piscicultores como para los nutricionistas de peces es, por tanto, mejorar la eficacia de retención de los peces, haciendo que puedan retener más fósforo del pienso», señala Kause.
Un enfoque de 360 grados a los retos que afrontan los piscicultores
Desde el desarrollo de programas y equipos informáticos para identificar automáticamente el peso y la forma del cuerpo de los peces, con una manipulación humana mínima, hasta planteamientos inteligentes para el genotipado, el equipo del proyecto desarrolló una variada gama de soluciones. «Contamos con once empresas que venden los productos y servicios mejorados que se han desarrollado en AquaIMPACT. En muchos casos, las personas que hicieron el trabajo de investigación y desarrollo son las mismas que aplican los resultados, con lo que la transferencia de conocimientos es más directa», señala Kause. «Nuestro nombre, AquaIMPACT, surgió de la sensación de que el consorcio debía generar un cambio moderado pero significativo, llevando adelante la acuicultura y el desarrollo de piensos. A nivel personal, el proyecto ha permitido a las personas desarrollar sus capacidades, aprender unas de otras y avanzar en su carrera», afirma Kause.
Palabras clave
AquaIMPACT, UE, medio ambiente, acuicultura, piscicultura, cría selectiva, modelo genético-nutricional, microbiota intestinal
