La resonancia magnética facilita el diagnóstico de la artritis reumatoide asintomática
La artritis reumatoide (AR) afecta aproximadamente al 1 % de la población. Alrededor de 5 millones de personas padecen AR en Europa, lo que supone un coste aproximado de 45 000 millones EUR al año, incluidos los costes sociales como la pérdida de ingresos. Es una enfermedad crónica y dolorosa que no tiene cura, pero un diagnóstico precoz puede hacer que el paciente responda mejor al tratamiento. Esto puede significar que disfruten de una vida más plena y sigan trabajando. Los pacientes con riesgo de padecer AR presentan una combinación de síntomas durante el período que la inflamación articular, la artritis clínicamente evidente, sigue sin producirse. Esta combinación de síntomas se denomina sospecha clínica de artralgia (CSA, por sus siglas en inglés). Al tener en cuenta la CSA, los médicos pueden diagnosticar a los pacientes en una fase de AR «asintomática», lo cual es importante, ya que ensayos recientes han demostrado que las intervenciones en esta fase «de riesgo» pueden reducir la cronicidad de la enfermedad. En 2012, Annette van der Helm-van Mil estableció la regla CSA, ahora universalmente aceptada, que reúne los signos clínicos de alerta rápida de la AR para facilitar el diagnóstico. Partiendo de sus hallazgos clínicos previos y de la contribución de un equipo formado por científicos, clínicos e ingenieros, el equipo del proyecto RACE, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, realizó un estudio de la mayor cohorte de CSA jamás reunida. «En el proyecto estábamos interesados en establecer más y mejores marcadores que pudieran evaluarse para identificar con precisión a los pacientes con artralgia con riesgo de AR», explica Van der Helm-van Mil, coordinadora del proyecto y catedrática de Reumatología en el Centro Médico de la Universidad de Leiden (los Países Bajos).
Estudios interdisciplinares examinan la respuesta autoinmunitaria durante la aparición de la AR
Dado que aproximadamente la mitad de los enfermos de AR presentan autoanticuerpos y la otra mitad no, el equipo de RACE se centró en la respuesta autoinmunitaria de los pacientes con CSA. Debido a su asociación con la destrucción articular, la AR con anticuerpos contra las proteínas citrulinadas (ACPC) se considera más grave que la AR sin ACPC. «Trabajé con un excelente equipo de inmunólogos que fueron capaces de aislar ACPC y estudiar sus características», añade Van der Helm-van Mil. Los radiólogos utilizaron las últimas herramientas computacionales, mientras que anatomistas y expertos en inteligencia artificial crearon evaluaciones automatizadas de resonancia magnética (RM) utilizando técnicas de aprendizaje profundo. Estas técnicas agilizan la interpretación de los datos de las RM, lo que permite cribar grandes cantidades de datos para obtener un conocimiento más preciso. «Observamos RM de manos o pies, el lugar donde comienza la inflamación en la CSA y la AR. La inflamación articular puede identificarse en las primeras fases de la CSA, antes de que sea clínicamente evidente», explica Van der Helm-van Mil. Gracias al trabajo de este talentoso equipo, el proyecto amplió los atlas anatómicos de la mano y el antepié al identificar tejidos sinoviales desconocidos hasta entonces.
Nuevos marcadores robustos indican la presencia de AR antes de presentar síntomas
El equipo del proyecto estableció que ciertas respuestas autoinmunitarias ya son evidentes al inicio de la CSA. «Identificamos algunas características novedosas de los autoanticuerpos que son útiles para predecir la aparición de la AR. Es importante destacar que estudiamos un amplio conjunto de características de los autoanticuerpos a lo largo del tiempo, durante la progresión de la CSA y la AR». El equipo estableció que estas características no cambian durante la transición a la AR, lo que sugiere que la respuesta de los autoanticuerpos ya está madura cuando se inicia la CSA. «Pero, como no todas las personas con CSA llegan a padecer AR, la respuesta de los autoanticuerpos por sí sola no es el factor final que impulsa la aparición de la AR», afirma. Algunos nuevos análisis de sangre de autoanticuerpos ayudan, marginalmente, a predecir quién padecerá AR. El verdadero avance del equipo del proyecto fue establecer la importancia de la inflamación en las articulaciones de manos y pies, tal y como se indica en las RM, como un indicador más preciso de las personas que padecerán AR. Se trata, entre otras, de la tenosinovitis (inflamación de las vainas tendinosas) de las manos y los antepiés y la bursitis intermetatarsiana (inflamación del revestimiento sinovial de las bolsas sinoviales de los antepiés). Como añade Van der Helm-van Mil, esto es novedoso e importante, ya que los reumatólogos suelen ser reacios a utilizar la RM. «Dado que los datos recientes muestran que el tratamiento iniciado en la fase CSA puede prevenir la AR, o reducir la carga de la enfermedad, los datos recogidos por el equipo de RACE demuestran la importancia de la RM en el diagnóstico preciso y precoz».
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