Métodos innovadores para mejorar la nutrición en África
La malnutrición es prevalente en muchas partes de África, junto con el aumento de los casos de obesidad. La prevención implica una dieta materna adecuada, así como alimentos nutritivos, diversos, seguros, asequibles y sabrosos en la primera infancia y después. El proyecto financiado con fondos europeos FOODLAND(se abrirá en una nueva ventana) pretendía apoyar este objetivo desarrollando y validando innovaciones escalables y sostenibles para apoyar los sistemas alimentarios locales, a la vez que se fortalece la agrobiodiversidad. «Queríamos abordar tres necesidades principales que afectan a los sistemas alimentarios africanos», explica el coordinador de FOODLAND, Marco Setti, de la Universidad de Bolonia(se abrirá en una nueva ventana) (Italia). «El primero es organizativo, es decir, la inadecuada coordinación entre los operadores alimentarios y la escasa orientación al mercado. El segundo es tecnológico: los malos resultados de las cadenas locales de suministro agroalimentario. Y, por último, queríamos abordar las necesidades nutricionales, es decir, las dietas desequilibradas y poco saludables».
Redes de centros de distribución de alimentos para impulsar el cambio
El proyecto FOODLAND abordó la necesidad organizativa mediante la creación de una red de catorce centros de alimentos(se abrirá en una nueva ventana). Son núcleos locales de innovación que operan en las zonas rurales o periurbanas de seis países de África (Etiopía, Kenia, Marruecos, Tanzania, Túnez y Uganda). En estos centros se reúnen periódicamente pequeños agricultores, investigadores, procesadores de alimentos y ONG para diseñar y aplicar innovaciones, participar en sesiones de formación y compartir recursos y equipos. «Paralelamente, se llevó a cabo una investigación de fondo para determinar las condiciones contextuales de la población local y sus preferencias y comportamientos alimentarios», añade Setti. «Para ello se realizaron encuestas y pruebas de comportamiento con muestras representativas —10 000 consumidores rurales y urbanos, así como 6 500 agricultores— para comprender mejor los procesos de toma de decisiones y las posibilidades de cambio».
Innovación tecnológica para satisfacer las necesidades nutricionales
En cuanto a innovación tecnológica y nuevos alimentos que respondan a las necesidades nutricionales, el proyecto se centró en formas de mejorar las cadenas locales de suministro de cereales, frutas, pescado, legumbres y hortalizas. Se probaron 49 prototipos abiertos en laboratorio y sobre el terreno, con la participación de 3 000 innovadores locales. «Entre ellas había veintitrés innovaciones validadas, como el riego de precisión, el almacenamiento inteligente, la acuicultura integrada y los envases de base biológica», explica Setti. «Las repercusiones tangibles para los pequeños agricultores y las pymes locales se midieron a través de indicadores de rendimiento específicos, como la reducción del uso de insumos y las pérdidas, y el aumento de los rendimientos». El proyecto también generó la creación de veintiséis nuevas materias primas, ingredientes y productos alimentarios, como harinas compuestas, productos desecados y aceites. En conjunto, estas innovaciones permitirán a los productores locales reforzar la agrobiodiversidad, aumentar su competitividad y enriquecer la diversidad dietética de los consumidores urbanos y rurales.
Promover los beneficios de los alimentos nutritivos
También se difundió un gran número de recomendaciones(se abrirá en una nueva ventana) nutricionales distintivas a través de campañas locales dirigidas tanto a zonas rurales como urbanas de los seis países africanos. «También se promovieron los beneficios de las variedades y especies locales, así como las propiedades nutricionales y funcionales de los nuevos alimentos enriquecidos», añade Setti. Se prestó especial atención a grupos vulnerables, como mujeres y menores, con consejos concretos y claros junto con ejemplos de dietas sanas y equilibradas. Desde entonces, los resultados del proyecto se han publicado o puesto a disposición del público a través de la subcomunidad Zenodo FoodLAND(se abrirá en una nueva ventana) en el marco del repositorio abierto de investigación de la Unión Europea(se abrirá en una nueva ventana). Los conjuntos de datos, protocolos y resúmenes de prácticas también están disponibles en la plataforma abierta FoodLAND(se abrirá en una nueva ventana).