Conservar de manera precisa del patrimonio urbano hasta la última molécula
La conservación de los edificios patrimoniales preserva el patrimonio cultural y natural para las generaciones presentes y futuras. Incluye el mantenimiento, la conservación, la restauración y la reconstrucción, con el objetivo de preservar el significado y el aspecto o las propiedades físicas del sitio patrimonial. Con el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie, el equipo del proyecto CLEA(se abrirá en una nueva ventana) vela por que nuestro patrimonio urbano se conserve en las mejores condiciones posibles. «La falta de material original para conservar perfectamente un edificio tal y como era o la no disponibilidad de materias primas que se asemejen al original hace que el esfuerzo de conservación sea menos eficaz», afirma Gilberto Artioli, coordinador del proyecto CLEA y catedrático de Mineralogía, Cristalografía y Ciencia de los Materiales en la Università di Padova (Universidad de Padua).
Quitar las capas para un mapa de reconstrucción
En el proyecto se relacionaron periodos concretos con las prácticas arquitectónicas y las tradiciones de materiales en uso en las Islas Canarias. Los resultados aumentan el conocimiento del edificio existente, incluida la detección de la arquitectura original y las renovaciones o modificaciones posteriores. Además, proporcionan indicaciones claras sobre cómo reconstruir de forma virtual los paisajes urbanos del pasado y ofrecen sugerencias técnicas sobre los materiales que deben utilizarse en las restauraciones modernas. «Por ejemplo, si se quiere representar Las Palmas o su barrio en el siglo XVI, disponemos de datos precisos sobre el aspecto estético pasado de los edificios, con detalles de las decoraciones y la paleta de colores», explica Artioli.
Análisis de alta tecnología
Las muestras se investigaron utilizando las amplias instalaciones del Departamento de Geociencias de la Universidad de Padua y mediante actividades experimentales llevadas a cabo en los laboratorios colaboradores de la Universidad de Catania. Los morteros se caracterizaron principalmente mediante microscopía óptica polarizada (POM) y difracción de rayos X en polvo (XRPD). El uso de la POM permite una investigación petrográfica rápida y completa de la microestructura de los morteros y de la naturaleza de las inclusiones minerales. Mientras tanto, la XRPD permite una mejor discriminación, identificación y cuantificación de las fases minerales. Se prepararon cuidadosamente capas especiales de sección fina de cada uno de los pigmentos. A continuación, las secciones se investigaron con espectroscopia infrarroja y Raman, así como microscopia electrónica (SEM-EDS) para identificar los pigmentos presentes en cada capa y su secuencia. Como señala Artioli: «Los mapas químicos obtenidos por SEM-EDS son especialmente útiles para identificar la composición de cada compuesto individual en la secuencia estratigráfica, empezando por la capa de mortero de soporte, hasta el repintado más reciente».
Ventanas al pasado
Por lo general, los edificios tradicionales, los construidos entre los siglos XVI y XVIII, se acababan con materiales locales poco costosos, como los morteros a base de tierra o cal y pigmentos terrosos locales, como el rojo, el amarillo y el blanco. Se encontraron excepciones en el centro histórico de Santa María de Guía. En un edificio del siglo XVII, el mortero de cal se sobrepintó con azul ultramarino natural, que era muy caro y se utilizaba solo en la decoración de la fachada. Y a partir del siglo XIX, los materiales sintéticos nuevos incluyeron el verde esmeralda, utilizado en una construcción más elaborada, combinado con verditer, un pigmento producido exclusivamente en el Reino Unido. Esto también indica prosperidad y relaciones económicas entre las Islas Canarias y el Reino Unido.
Un futuro seguro para el patrimonio europeo
«Creemos que el proyecto CLEA es un gran ejemplo de cómo las estrategias avanzadas de caracterización de materiales (mediante un método multitécnico de vanguardia) pueden aportar conocimientos sobre nuestro patrimonio arquitectónico», concluye Artioli. Estos conocimientos deben utilizarse tanto para la valorización del patrimonio como para el mantenimiento práctico del propio patrimonio arquitectónico.