Reducir el impacto del ruido submarino en la vida acuática
Además de verse afectada por contaminantes como microplásticos, la vida acuática también sufre los efectos nocivos del ruido submarino radiado (RSR), es decir, la energía sonora emitida por barcos y embarcaciones. «Dado que la mayoría de los animales acuáticos utilizan el sonido para funciones vitales, la exposición a ruidos no convencionales puede alterar su comunicación, alimentación, navegación/migración y comportamiento reproductivo», afirma Gerry Sutton(se abrirá en una nueva ventana), de la Universidad de Cork y coordinador del proyecto financiado con fondos europeos SATURN(se abrirá en una nueva ventana).
Cuantificar el problema y encontrar soluciones
Los investigadores del proyecto SATURN se apoyaron en experimentos de laboratorio y estudios de campo que ayudaron a identificar los sonidos acuáticos más peligrosos, junto con los efectos a corto y largo plazo sobre los invertebrados, los peces y los mamíferos marinos. Posteriormente, los ingenieros llevaron a cabo cientos de pruebas con modelos a escala física para validar los métodos teóricos de reducción de ruido basados en miles de simulaciones numéricas. Por ejemplo, unas modernas etiquetas en miniatura colocadas en mamíferos marinos revelaron dónde, cuándo y cómo los animales salvajes están expuestos al ruido de los barcos, y registraron sus respuestas conductuales. Para evaluar el impacto del RSR (tanto agudo como acumulativo) en especies acuáticas representativas, el proyecto desarrolló equipos de laboratorio innovadores, AquaVib(se abrirá en una nueva ventana) para estudios de invertebrados, y MIGRADROME(se abrirá en una nueva ventana) para evaluar los efectos en peces migratorios. Dichos esfuerzos permitieron a los biólogos de SATURN ampliar la base de evidencia sobre los impactos del RSR en especies sensibles de diversos grupos taxonómicos clave. Utilizando este conocimiento, los ingenieros y arquitectos navales exploraron posteriormente soluciones de mitigación prometedoras a escala de laboratorio y de modelos. «Las formas optimizadas de las palas de la hélice, junto con los sistemas de inyección de aire que recorren el fondo del casco y la hélice, mostraron ser prometedores en lo que respecta a la reducción del ruido. Los álabes guía y los conductos situados delante y alrededor de las hélices también resultaron eficaces», añade Sutton. Algunas de estas tecnologías se demostrarán ahora a escala real en condiciones operativas con una selección de buques comerciales en el nuevo proyecto financiado con fondos europeos, LOWNOISER.
Establecer normas para futuras actividades
El proyecto desarrolló normas fundamentales para la terminología, la metodología, las herramientas y los parámetros utilizados para medir, evaluar y comparar los impactos del ruido generado por el transporte marítimo y las embarcaciones. Ello incluyó el mapeo espacial del movimiento de las partículas y la definición de normas para los experimentos de exposición al ruido, con el fin de garantizar que los resultados de laboratorio pudieran trasladarse a las poblaciones sobre el terreno. Se obtuvieron resultados significativos a partir de las mediciones de campo altamente controladas del ruido de los buques realizadas por el equipo, que sirvieron de base para la creación de la nueva norma ISO 17208-3(se abrirá en una nueva ventana) de medición del RSR de los buques en aguas poco profundas. Otro éxito digno de mención fue la cuantificación de las diferencias entre las evaluaciones del nivel de fuente realizadas por los distintos organismos que certifican los perfiles acústicos de los buques, como Bureau Veritas(se abrirá en una nueva ventana) y DNV(se abrirá en una nueva ventana). El equipo demostró cómo estos pueden diferir significativamente de los perfiles estándar ISO, lo cual ha impulsado el actual trabajo de armonizar los métodos(se abrirá en una nueva ventana) bajo los auspicios de la Asociación Internacional de Sociedades de Clasificación(se abrirá en una nueva ventana). «Nuestro paquete de señales sonoras estandarizadas allana el camino para obtener resultados más consistentes y comparables cuando se utiliza en experimentos esenciales de exposición al sonido. Ello permitirá comprender mejor las relaciones entre dosis y respuesta para, en última instancia, determinar los umbrales críticos de ruido», explica Sutton.
A toda velocidad, pero con menos ruido
La labor de SATURN, que describe la viabilidad técnica, financiera y operativa de la aplicación de medidas para reducir la huella acústica del sector del transporte marítimo, respalda directamente la Directiva marco sobre la estrategia marina(se abrirá en una nueva ventana) de la Unión Europea (UE), en particular la consecución del buen estado medioambiental. El equipo también logró incorporar el RSR en la ordenación del espacio marítimo(se abrirá en una nueva ventana), mediante el desarrollo de una herramienta interactiva en línea que combina modelos acústicos y sistemas de información geográfica, utilizando métodos basados en el riesgo, para evaluar los efectos acumulativos de las presiones humanas y esbozar medidas de mitigación. Los resultados detallados del proyecto también se han compartido con el Comité de Protección del Medio Marino(se abrirá en una nueva ventana) de la Organización Marítima Internacional, y constituyen una parte importante de la contribución de la UE a la «fase de adquisición de experiencia para la reducción del RSR» que se está llevando a cabo actualmente.