Nuevas variedades de patata a favor de la seguridad del producto
En millones de toneladas se miden las patatas que requieren hoy día tratamiento químico a causa de los procesos naturales que las afectan una vez almacenadas. A una temperatura de almacenamiento de 4° C, la patata pierde calidad en muy poco tiempo debido al incremento perjudicial de la fabricación de azúcar natural dentro del propio tubérculo a esa temperatura. Almacenadas a temperaturas superiores, esto es, a unos 8° C, tienden a echar raíces, volviéndose así impropias para el consumo. Por esta razón a menudo las patatas son rociadas con productos químicos encargados de interrumpir el brote. Ante la persistencia en la patata de tales sustancias, ligeramente tóxicas, se han buscado formas de acabar con la necesidad de recurrir a productos químicos. Fruto de esta investigación, se han puesto a punto variedades de patata que no presentan el referido incremento de azúcares a temperaturas de almacenamiento de entre 4° C y 5° C. De este modo, cabe almacenar las patatas a temperaturas inferiores y se reduce así la necesidad de utilizar interruptores químicos de brote, mientras se mantiene la calidad del producto. Las nuevas variedades tienen potencial para abaratar la producción vegetal mientras ofrecen al consumidor un producto más seguro.