Aumento de la capacidad del chip de la memoria con ayuda de nanocristales y moléculas de cadena larga
El proyecto SANEME, financiado con fondos comunitarios, ha desarrollado varias técnicas de gran valor para la fabricación de microchips híbridos, combinando la fabricación tradicional basada en silicio con la nueva nanotecnología. Los principales logros se han conseguido en la creación de nanohuecos – espacios muy estrechos (unos 5 nm) entre los electrodos metálicos de un circuito integrado – y el modelado y estudio del comportamiento eléctrico de las moléculas y los nanocristales. La fabricación de nanohuecos entre los electrodos resulta importante para adherir las moléculas a los microchips de silicio. El proyecto ha desarrollado dos técnicas para hacer esto. Una de ellas, conocida como ‘evaporación en la sombra’, supone la evaporación de los átomos dorados que forman un ángulo con las capas de oro en la lámina de silicio. La ‘sombra’ que provoca el borde de una capa hace que se forme un hueco de un tamaño controlable (entre 2 y 6 nm). El segundo método implica la mordedura química selectiva de un hueco de unos 5 nm entre los electrodos de silicio de una lámina. En este caso se ajusta el tamaño del espacio al de la molécula que se va a añadir. En ambas técnicas de fabricación, las moléculas (en concreto, las moléculas con grupos terminales de thiol) se añaden por autoensamblaje para formar circuitos electrónicos de nanoescala. Después se investigaron, como una parte más del proyecto, las características eléctricas de estas moléculas, o nanocristales, y su idoneidad para ser usadas en los dispositivos nanoelectrónicos. Mediante experimentos prácticos (con ayuda de la espectroscopía túnel de barrido), se descubrió que las propiedades de las moléculas dependían en gran medida de la información de la base de silicio. También se utilizó el modelado por ordenador para descubrir que clase de propiedades se necesitan para trabajar de forma útil en circuitos integrados. Entre las aplicaciones se incluyen los chips de memoria, donde se pueden usar los nanocristales para refrescar la memoria de acceso aleatorio DRAM o TSRAM.