Detección de la corrosión
La detección de la corrosión de la superficie en las estructuras existentes suele ser difícil, y su reparación costosa. Sobre todo porque dichas superficies están recubiertas con sustancias como pintura y petróleo, y el grado de corrosión suele ser subjetivo. Además, las técnicas actuales de preparación de la superficie conllevan baja productividad, altos costes y peligros para los trabajadores y entornos de este tipo. En superficies grandes, como cascos de barcos, las dificultades son aún mayores por el rigor de la ejecución y la falta de confianza, lo que pone en peligro la eliminación total y efectiva de la corrosión. Estos inconvenientes debilitan a menudo el proceso de toma de decisiones en la evaluación del grado de corrosión presente, su localización y la técnica adecuada de preparación de la superficie requerida. En el marco del proyecto AIMS, financiado con fondos comunitarios, se desarrolló un método de ensayo no destructivo basado en técnicas de procesamiento de imagen. Su función principal es ofrecer apoyo en el proceso de toma de decisiones, proporcionando una mejor comprensión de los elementos corroídos y del grado de corrosión presente, así como indicar la respuesta del tratamiento de superficie requerido. Capaz de analizar los rasgos texturizados que diferencian las placas en las diferentes fases de corrosión y los rasgos de calidad de la preparación de la superficie, el sistema realiza ahora un análisis cuantificado de las condiciones de las piezas de acero recubiertas. En este sentido, ofrece a los responsables de la toma de decisiones la confianza necesaria para determinar si hace falta un tratamiento físico o químico de la superficie corroída. Esto podría suponer a su vez un ahorro de tiempo y de costes, así como una reducción de la cantidad de desechos. Otra de las ventajas de la tecnología es que también puede avanzar otros métodos alternativos de restauración de superficies. Esta tecnología se puede usar en los astilleros, plantas petroquímicas y en cualquier otra industria en la que los grandes constructos de acero pueden sufrir los efectos corrosivos de sus elementos.