Definición de las normas sobre biocombustibles sólidos en Europa
Los biocombustibles sólidos incluyen circuitos de madera, serrín, carbón vegetal, paja, restos vegetales como mazorcas de maíz e incluso residuos urbanos sólidos. El biocombustible es una fuente de energía renovable y respetuosa con el medio ambiente. No obstante, uno de los obstáculos que impide el uso generalizado de los biocombustibles es la falta de normas. El Instituto austriaco de Investigación de Química y Tecnología (OFI), miembro del consorcio BioNorm, abordó el problema de normalizar la determinación del contenido de azufre, cloro y nitrógeno en los biocombustibles sólidos. Un exceso de azufre y cloro causa una corrosión prematura de las centrales eléctricas que queman biocombustible sólido y, por tanto, aumenta los costes de mantenimiento. Las emisiones de nitrógeno y azufre a la atmósfera promueven el desarrollo de aerosoles que perjudican la visibilidad y pueden ocasionar lluvia ácida. El OFI se centró primero en los requisitos de la preparación de muestras y descubrió que un tamaño de partícula menor de un milímetro es suficiente. Los tamaños de las muestras deben adaptarse para que estén dentro del margen para el que se ha calibrado el instrumento analítico. Como referencia, un tamaño de muestra del orden de un gramo normalmente resulta suficiente. El OFI estudió diferentes métodos de análisis elemental para cada uno de los tres elementos. Para muestras con amplias cantidades de azufre y cloro, es recomendable la combustión con una bomba de oxígeno seguida de la cuantificación de las partículas de azufre y cloro resultantes. La ventaja es que este procedimiento ya está normalizado en Europa. No obstante, no es recomendable para muestras con concentraciones bajas de azufre y cloro, para las cuales deben identificarse otros métodos. En el caso del nitrógeno, se comprobó que los analizadores automatizados eran equivalentes al método Kjeldahl, de uso generalizado. No se hallaron diferencias entre los distintos métodos empleados por cada analizador, por lo que no se formula ninguna recomendación específica para un método de referencia. El problema principal resulta ser la normalización de los procedimientos de calibrado y operación. El trabajo del OFI en BioNorm contribuirá al desarrollo del comité CEN TC 335 "Biocombustibles sólidos". Así mismo, se identificó la necesidad de abordar otros elementos, concretamente la bromina y la iodina, de un modo similar.