Mejorar las pruebas para obtener tomates más sanos
La producción de tomate en Europa está muy extendida, por lo que incluso las mejoras menores en su sabor y su producción pueden resultar muy valiosas. La Comisión Europea financió un proyecto de cuatro años para abordar las dificultades que sufre actualmente la producción de tomate. El proyecto era de ingeniería genética, que trata de identificar los genes responsables de las diferentes características y de mejorar u obstaculizar su expresión en consecuencia. El coordinador del proyecto, Stazione Zoologica, realizó un estudió de los fotorreceptores, células vegetales especiales que responden a la luz. Se modificaron los fitocromos y otros fotorreceptores, y los tomates resultantes se cultivaron en invernaderos. Se controlaron los efectos sobre la estructura de la planta, así como el contenido de azúcar (grados Brix), la firmeza y otras características de la fruta. El uso de técnicas avanzadas de identificación de ADN, como el polimorfismo de longitud de fragmentos de ADN amplificados (cDNA-AFLP), facilitó el aislamiento de genes en las variedades foromorfogénicas. Los científicos también sometieron a las plántulas a la oscuridad para ayudar a revelar la extraordinaria respuesta del fotorreceptor. Se prevé que el progreso en el aislamiento de los genes de la fruta atroviolacea y antiocianina contribuya a crear tomates con un nivel elevado de antioxidantes beneficiosos. Además, eliminando el gen DET1 aumentó el contenido de carotenoide y flavonoide, lo cual reporta más ventajas para la salud.