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Vector Control for Visceral and Cutaneous Leishmaniasis

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Manipulación de los rituales de apareamiento para frenar la transmisión de enfermedades

La leishmaniasis, en sus variedades visceral y cutánea, es una enfermedad parasitaria que se transmite a los humanos por la picadura de flebotomos portadores. La población más afectada en los países europeos del Mediterráneo son los niños menores de quince años.

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Si se deja sin tratar, la leishmaniasis visceral (LV) es mortal, mientras que la leishmaniasis cutánea (LC) puede llegar a desfigurar el rostro. Actualmente ambas variedades carecen de vacuna. El proyecto VCVCL («Control de vectores de la leishmaniasis visceral y cutánea») pretendía responder a la inquietud suscitada por las consecuencias de estas enfermedades a la Unión Europea y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su objetivo era iniciar los trabajos para el desarrollo de una estrategia de control de los vectores, centrada en los flebotomos, con la que frenar la transmisión de la enfermedad. Los investigadores realizaron experimentos de laboratorio para determinar el mecanismo de atracción que se da entre los machos y las hembras de dos especies de flebotomos: Phlebotomus perniciosus y Phlebotomus papatasi. Otra línea de investigación consistió en averiguar la edad a la que los adultos (machos o hembras) producen feromonas sexuales y, a continuación, la edad de mayor receptividad a las mismas. De este modo se pretendía dilucidar la función de las feromonas sexuales y articular estrategias con las que frenar la propagación de las enfermedades. Los socios del proyecto también deseaban determinar el lugar de producción de las feromonas en el insecto y desde qué distancia ejercen su efecto de atracción. P. perniciosus y P. papatasi son las especies de flebotomos que se sabe que transmiten la LV y la LC. Al término del proyecto se concluyó que P. perniciosus no produce feromonas sexuales. Por consiguiente, el equipo de VCVCL completó todas las tareas relativas a sus objetivos en relación a P. papatasi y confirmaron que sus machos sí producen feromonas sexuales. Concretamente, los machos de entre uno y tres días de edad producen una feromona sexual que atrae a las hembras de ese mismo intervalo de edad. Los investigadores efectuaron en Túnez un experimento sobre el terreno y lograron atraer a hembras de P. papatasi hacia trampas con pequeñas cantidades de machos y hembras. Curiosamente, las hembras no resultaban atraídas por las trampas con cantidades grandes de machos y hembras. Los resultados sugieren que la feromona sexual ejerce su influjo en un radio de al menos tres metros. Los estudios no permitieron determinar de manera concluyente el punto de producción de feromonas en el insecto. Por ello la investigación se centró en el apareamiento entre machos y hembras, para así tratar de determinar sus distintas etapas, desde el cortejo hasta la cópula. Los hallazgos del proyecto VCVCL resultarán de utilidad para futuros estudios dedicados a la descripción de los elementos químicos de la feromona que determina el comportamiento de las poblaciones silvestres de P. papatasi. En último término, esta información puede servir para desarrollar y aplicar estrategias de control de vectores con las que reducir la transmisión de estas enfermedades.

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