Estructuras más sencillas para mejorar el reciclaje en el sector de la automoción
Aunque los circuitos cerrados de los polímeros del sector del automóvil actualmente están cumpliendo los objetivos fijados, la selección de los materiales y su aplicación de cara al futuro serán más complicadas, a medida que continúe el empeño por diseñar y desarrollar vehículos más ligeros y económicos. Si se usasen más los polímeros para la fabricación de componentes de automoción, se podría contribuir a reducir el peso de los vehículos y limitar el consumo de combustible. Sin embargo, esto representa un desafío si tenemos en cuenta las opciones de reciclaje de los materiales degradados para los vehículos que llegan al final de su ciclo de vida. Hoy en día, los componentes de vehículos que han llegado al final de su ciclo de vida útil (VFU) se recuperan y reutilizan sin seguir una directiva o regulación centralizada. Con el fin de adelantarse a las amenazas que se ciernen sobre este sector, la UE trabaja para configurar mecanismos que impulsen la reducción de los residuos generados. El problema radica en resolver las dificultades técnicas que se presentan al clasificar polímeros y piezas de automoción fabricadas con polímeros y varios componentes. Las estructuras formadas por múltiples componentes son preferibles por su bajo coste y sus propiedades físicas. Pero al final de la línea de producción-uso-desecho, recuperar estos materiales resulta verdaderamente caro y consume mucha energía. El proyecto «Reciclaje controlado y de circuito cerrado para la producción industrial con ciclo de vida óptimo» (Conclore), pensado para desarrollar un sistema viable y con bajo nivel de emisiones para fabricar productos para el interior de los automóviles formados por un único componente y 100 % reciclables. Los materiales se pueden recuperar al llegar al final de la vida útil del vehículo y reciclarse para fabricar otros productos en cualquier sector. Centrado en las modificaciones a la producción de piezas de automóviles, el concepto involucra la reintegración de los polímeros reciclados con una calidad equivalente a la de los materiales vírgenes. El proyecto Conclore, financiado con fondos comunitarios, proporcionó los medios para lograr la recuperación del 100 % de los materiales plásticos en combinación con un nuevo concepto de gestión del ciclo de vida de los productos. Al identificar las partes reciclables y clasificar la calidad de los materiales, los miembros del equipo definieron el modelo avanzado de reciclaje de circuito cerrado controlado (CCLR). Este modelo es válido también para la refabricación de componentes de automoción compuestos por polímeros. El proyecto Conclore, habiendo alcanzado todos sus objetivos, ha contribuido a los esfuerzos por reducir los efectos sobre el medio ambiente y los residuos resultantes del desmantelamiento de los VFU. La capacidad de refabricar y utilizar componentes de VFU también conlleva consecuencias económicas positivas.
