Un plan de rescate para las variedades agrícolas locales
Las leyes relativas a la comercialización de semillas en la Unión Europea están poniendo en peligro las variedades y cultivares locales, lo que plantea la necesidad de conservar la riqueza de la biodiversidad cultivada europea. El proyecto financiado por la Unión Europea Farmseedopportunities («Oportunidades para la conservación, mejora y producción de semillas campesinas») se propuso atender esta necesidad de apoyo a la agrobiodiversidad. Los socios del proyecto estudiaron la manera de facilitar la certificación y comercialización de semillas para conservar los recursos genéticos y poder retroceder en el tiempo hasta generaciones anteriores a las producciones uniformes y genéticamente indiferenciadas. Los investigadores del proyecto evaluaron las necesidades de los interesados respecto a la diversidad de variedades. También estudiaron cuestiones relacionadas con la selección por parte de los agricultores, la producción de semillas y los sistemas agrícolas regionales, aclarando definiciones confusas y aspectos tales como las variedades locales o las producciones tradicionales y locales. A continuación, los socios de Farmseedopportunities formularon recomendaciones para la liberación de semillas de variedades locales, así como para la conservación, el fitomejoramiento y el cultivo a pequeña escala de variedades locales. Para ello describieron sucintamente los modelos regulatorios que cubren los criterios DHS de distinción, homogeneidad y estabilidad para las diferentes situaciones y condiciones en Europa, teniendo muy presentes los derechos y las necesidades de los fitomejoradores y agricultores involucrados. Para promover y difundir dichas recomendaciones, los socios del proyecto impartieron varios talleres en diferentes países europeos sobre temas pertinentes. Estos incluyen la agricultura ecológica, los sistemas agrícolas alternativos, la selección participativa de plantas y otros conceptos clave en este ámbito. A continuación desarrollaron pruebas piloto de campo con trigo, maíz, judía y espinaca en las que participaron veinticinco granjas en Francia, Italia y Países Bajos. En un intento de informar a los consumidores sobre la investigación en este sentido y movilizar a la sociedad, los miembros del consorcio animaron al público a fomentar la demanda de alimentos de producción local y la conservación de las variedades en peligro de extinción. Estos ensayos, talleres, recomendaciones e iniciativas de divulgación podrían alejarnos del borde del abismo al que nos ha llevado un exceso de armonización, permitiendo así que Europa recupere su biodiversidad agrícola.