Seguridad sin cables
Las nuevas tecnologías inalámbricas, como las redes habilitadas por Wi-Fi, la identificación por radiofrecuencia (RFID) y la llegada de las redes 4G, exigen más seguridad en la conectividad que nunca. El proyecto Securinet («Gestión de la seguridad en redes multirradio»), financiado por la Unión Europea, trabajó en un sistema que interconecta clientes y servicios de una forma muy segura. El proyecto diseñó un centro de operaciones de seguridad distribuida basada en multirradio (MR-DSOC) para detectar intrusiones, con el fin de prevenir la presencia de puntos únicos de fallo y abordar las necesidades actuales de las redes cooperativas. En sus comienzos, el proyecto documentó los ataques contra la seguridad y los categorizó basándose en sus interdependencias temporales. A partir de ello, se derivaron protocolos distribuidos adecuados de detección de intrusiones que analizan los elementos tan cerca como sea posible del dispositivo que los genera para minimizar la comunicación de datos. A continuación, tiene lugar la detección de intrusiones basándose en estos eventos analizados mediante su estudio y la identificación de patrones que representan intentos de intrusión. Este nuevo sistema de protección frente a intrusiones, desarrollado y probado en una red inalámbrica, también dispone de un detector de anomalías que identifica patrones en los eventos que no se ajustan a los comportamientos esperados. La tecnología utiliza una herramienta potente para categorizar de forma automática la actividad de un sistema, denominado mapa autoorganizado o red de Kohonen. El proyecto desarrolló con éxito un prototipo de sistema de detección de anomalías que minimiza el tiempo y la memoria necesarios para la fase de entrenamiento automático y la detección de anomalías. El MR-DSOC resultante podría resultar tremendamente eficaz para bloquear intrusos malintencionados y mejorar la seguridad.