Estudio comparativo de lenguas
Europa constituye un mosaico lingüístico fascinante, y las diferencias existentes entre las lenguas romances y germánicas cuentan la historia de la evolución del pensamiento y las ideas en el Viejo Continente. Uno de los principales instrumentos de análisis de tal evolución es el sistema de tiempo-aspecto-modo (TAM) y, más en concreto, la relación entre los dos últimos elementos de este trinomio. El aspecto hace referencia a la forma en que se manifiesta el tiempo, ya sea como un bloque unitario o como un flujo continuo, mientras que el modo o modalidad indica el grado de necesidad, probabilidad o capacidad. El proyecto AMITY («Relación aspecto-modo: una perspectiva tipológica»), financiado con fondos comunitarios, indagó en el modo en que las formas verbales aspectuales reflejan una interpretación modal en seis lenguas europeas, concretamente el inglés, el neerlandés, el francés, el alemán, el italiano y el español. AMITY estudió las correspondencias entre aspecto y modo con el propósito de definir las convergencias y divergencias existentes entre las distintas familias y dentro de cada una de ellas, para lo cual se basó en las interpretaciones modales de los tiempos imperfectos (aspecto imperfectivo) y los pretéritos (aspecto neutro) de cada lengua. Asimismo, los responsables del proyecto analizaron la relación aspecto-modo en cada idioma, caracterizaron los usos modales de los tiempos de pasado y recopilaron datos de acuerdo con una serie de criterios lingüísticos, para posteriormente comparar las características de las seis lenguas inherentes a sus respectivas familias, así como las distintas familias entre sí, y elaborar mapas semánticos sintéticos. De este modo AMITY logró identificar y compilar catorce usos modales en dichas lenguas, entendiendo que dichos usos expresan la intencionalidad (inter)subjetiva del hablante. Por otra parte se elaboró una clasificación atendiendo a distintos criterios lingüísticos según cuatro categorías modales: epistémica, evidencial, ilocutiva y contrafáctica. Uno de los principales hallazgos del proyecto apunta al hecho de que no existe una única conexión entre el aspecto imperfectivo y el modo, sino varios posibles vínculos de naturaleza ilativa, de lo que se desprende que no existe un nexo universal entre el aspecto imperfectivo y el modo, ni tampoco una incompatibilidad entre el aspecto perfectivo y el modo. Ésta y otras observaciones aportan nuevos datos sobre la evolución independiente de cada lengua y sus idiosincrasias y ponen de manifiesto la enorme riqueza expresiva de Europa, suscitando así nuevos debates lingüísticos.